Un nuevo clásico en el corazón de la ciudad: Salomé 🎏

Mezcal, frescura y sazón para el alma.

Un nuevo clásico en el corazón de la ciudad: Salomé 🎏
“Tan sólo subir las escaleras, te encontrarás con el Salomé más grande de todos, el de mejor diseño.”

Ya hemos hablado en repetidas ocasiones en esta Guía del renacimiento que ha vivido el Centro Histórico en estos últimos años: nuevos lugares se mezclan con aquellos de toda la vida para darle nueva vida al corazón de la ciudad. Este fenómeno ha hecho que tanto nuevos públicos como los habitantes originales del Centro convivan en una zona mucho más viva, con una oferta enorme.

En medio de todo esto había algo que era inevitable: la llegada de Salomé. Con tres sucursales a cuestas (y eso sin contar aquel icónico local al lado de la Avenida Juárez donde inició todo), era tan solo cuestión de tiempo para que el canto de esta sirena se escuchara por este rumbo. Y como toda sirena, resulta absolutamente seductor.

Hace 5 años nació este restaurante con el objetivo de reunir los mayores placeres de la vida en un mismo lugar: la marisquería clásica, la antojería mexicana, el mezcal y la buena música. La combinación ideal para desconectarse del mundo y simplemente disfrutar.

Con sólo un lustro de existencia, este espacio se ha convertido en un nuevo clásico poblano. Inevitable pensar en una tarde saboreando clásicos como el Tribilín (un picoso tiradito de camarón, pescado, filete de res y callo de almeja); una buena torta de camarón enchipotlado; unas tostadas de atún fresco y claro, sus imperdibles tacos (el Salomé y el Surf&Turf son un must para quien los visite).

Todo acompañado por supuesto de un buen mezcal o, con estos calores, con uno de sus cocteles, también ya clásicos, como La Aventurera (fresa, tamarindo y mezcal) y el Salomé (albahaca, jengibre, cerveza de barril y vodka) en una de las mejores zonas de la ciudad: con su vista al Zócalo, los Portales de Puebla han sido desde la fundación de la ciudad el punto de encuentro por excelencia.

Pero aquella terraza es tan sólo el principio. Basta cruzar la pequeña puerta de la fachada art decó que ostenta el número dos para descubrir un espacio en el que la comida, la coctelería y la arquitectura conviven para dar la mejor de las experiencias.

Tan sólo subir las escaleras, te encontrarás con el Salomé más grande de todos, el de mejor diseño. La parte superior, más privada e íntima, se funde con la casa de más de 200 años que los alberga. La piedra, el ladrillo y la madera, los materiales más clásicos, se renuevan para ofrecer un diseño novedoso.

Y justo lo mismo ocurre con sus platillos. Aquí no sólo podrás disfrutar de los clásicos que ya mencionamos, sino de la nueva sección al grill de su menú: Ostiones Tampico, Camarones al carbón, Atún sellado y Salmón glaseado, son tan sólo algunas de las nuevas propuestas de este Salomé.

¿Otra gran ventaja de este nuevo espacio? El hecho de estar en el Centro lo vuelve ideal para todo público y toda ocasión: desde los mezcales con los amigos hasta el chilpachole para curar la cruda; desde la comida familiar de los domingos hasta eventos más específicos, como las catas de mezcal que tienen cada mes; desde el turista perdido que encuentra aquí lo mejor de nuestro país, hasta quienes conocen Puebla desde hace décadas y aman una buena mesa en los portales acompañada de la clásica marimba. E incluso los niños, ya que en la parte superior encontrarás un área exclusiva para ellos.

Un nuevo clásico que se renueva en el corazón de la ciudad.

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