Sinsombrero. El restaurante que nos voló el sombrero

Comer y vivir

Sinsombrero. El restaurante que nos voló el sombrero

 

Lxs nostálgicxs sabrán de lo que hablamos. Antaño, además de saludar dando la mano o plantando un beso, la gente se quitaba el sombrero. Este no era sólo un hola, también era una muestra de respeto, de cortesía pura. Tanto entró este acto a nuestro imaginario que ahora, cuando algo nos sorprende alguien exclama: Me quito el sombrero. La cosa es que hoy en día casi no se usa esta expresión, no por anticuada, más bien porque cada vez es más difícil sorprendernos, pero apenas un restaurante abrió sus puertas en Solesta y no solo nos quito el sombrero, nos lo voló. 

Sinsombrero es un restaurante que busca asombrar a sus comensales. Ya al pasar la puerta todo es bastante prometedor. Un espacio abierto, con mesas de madera, oscuras y otras con manteles blancos; todas con un sombrero steampunk (ese estilo victoriano futurista) al centro de los platos y las copas. Esto es solo el principio de una gran experiencia. 

Pero para entender mejor todo hay que saber que el inicio de este espacio estuvo inspirado en 2 ideas. La primera es la que inspira a su servicio, la cortez idea de quitarse el sombrero como señal de respeto; y la segunda, la que inspira su carta, es un poco más compleja. Entre los años 20 y 30 aparecieron las Sinsombrero, un movimiento español en donde las mujeres se manifestaban afuera de la Puerta del Sol para denunciar la falta de reconocimiento a sus logros. El acto era sencillo pero rebelde para la época, quitarse el sombrero para representar, como bien dice la pintora Maruja Mallo, “descongestionar las ideas”, arcaicas además.

Romper paradigmas, darle un giro a lo de siempre, cambiar. Sinsombrero se hizo de una carta que mezcla sabores conocidos con toques nuevos, refrescantes. “exhortar a liberar ciertas ideas que a veces ahí tenemos atoradas, ¿no? Y lo trajimos a la mesa. Lo trajimos a la gastronomía, a la mixología.” nos cuenta su gerente.

“Y en la ausencia de la pieza que tapa la cabeza, lograremos liberar las ideas y las inquietudes” anuncia la portada de la carta. Una frase más que exacta para lo que te aguarda dentro de ella. Para empezar te recomendamos sus Croquetas de Chicharrón, unas cremosas croquetas rellenas de chicharrón prensado con quesillo y champiñones, acompañadas de salsa verde y presentadas como si fueran manzanas en un árbol. 

Si quieres algo más fresco para empezar, entonces échate un Carpaccio de Betabel, servido con vinagreta de naranja, brotes de betabel, arúgula, nueces garapiñadas y queso de cabra, una delicia. Escoger un plato fuerte aquí es un reto, pero podemos recomendarte un par. Si eres de buen diente, pide su Costillar de Baby Ribs, una costilla ahumada por 12 horas con madera de manzano y acompañadas de salsa bbq de café y chipotle. ¿Algo que nunca has visto? Pues vete directo al Burrito Wellington un burrito envuelto en masa hojaldre con carne de res, chorizo argentino, quesillo, frijoles, chimichurri, guacamole y hojas de espinaca. 

Y qué sería de la buena mesa, sin una buena mixología. Claro que hay clásicos de la barra, pero aquí los que brillan son los de la casa, tragos que “no podrás quitártelos de la cabeza”. 7 mezclas inspiradas en sombreros icónicos como el Woody, un cóctel con whiskey, puré de fresa y jugo de arándanos; o el Steampunk con mezcal, cerveza, licor de chile, Smirnoff Tamarindo y pulpa de maracuyá. Sea cual sea el que pidas, seguro te sorprende. 

Pura maravilla. A todo esto falta la cereza en el pastel, o bueno, un par. SinSombrero es un espacio versátil en dónde todos caben. Parejas, amigos y hasta familias. Hay un menú para niños para consentir todos los paladares de las mesas y un área infantil en donde educadoras te echarán la mano para que, si tienes hijos, disfrutes de tus alimentos. 

Cuando la noche cae y las luces bajan, los cócteles —los que te presumimos unos párrafos arriba—, y los vinos empiezan a ganarle a los platos en la mesa. Porque además, algo que nos fascina de SinSombrero es que aquí tienen su propia etiqueta de vino, un tempranillo español delicioso tanto para acompañar un platillo como para la sobremesa. DJ los fines de semana y gozo de lunes a domingo; un lugar que como bien prometen, es para comer y vivir. 

En un mundo en dónde cada vez menos cosas nos sorprenden, SinSombrero se vuelve una bocanada de aire fresco. Cada detalle cuenta y hace que esta experiencia sea única, diferente de lo mismo de siempre. Cuando estés buscando algo nuevo, dirígete a Solesta y agárrate bien fuerte el sombrero porque aquí seguro te lo vuelan. 

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