Midsommar: transformándonos con el verano

Una cena para espantar al hambre

Midsommar: transformándonos con el verano

“Él debe crecer, pero yo debo menguar”
(Juan 3:30)

Cuando el mundo cambia, cambiamos nosotros. Es por eso que la llegada de una nueva estación no debe tomarse a la ligera. Ya lo sabían nuestros antepasados (sin importar la cultura), los cambios de estación traen rituales particulares: como los mayas, que celebraban la llegada de la primavera o del invierno dejando que sus dioses se posaran con el sol en sus pirámides.

En Guía oca y Vaivén queríamos darle la bienvenida a la temporada en la que los sentidos se avivan con nuestro propio ritual: la Cena Midsommar.

Inspirados por el filme de culto dirigido por Ari Aster en 2019, pero también por todas las celebraciones que desde el inicio del cristianismo y posteriormente de forma pagana le dan la bienvenida al verano, la chef Amaranta Flores ha preparado, no sólo un menú, sino una experiencia completa en la que, al igual que el verano, la sensualidad invade al mundo, cada color explota, cada sabor revienta, cada sonido envuelve, cada olor penetra y cada sensación invade.

El menú de 4 tiempos se inspira, no sólo en la temporada, sino también en la tradición nórdica que, más allá de servir de escenario para el filme de Aster, es una de las celebraciones más importantes del año en países como Suecia, Finlandia, Dinamarca, Estonia o Lituania.

Sus orígenes están en la iglesia católica, que también celebra la llegada de las estaciones con festines. El más importante y reconocido ocurre la noche del 24 de diciembre para celebrar el nacimiento de Jesucristo el 25; y el segundo festín más importante, ocurre para celebrar el nacimiento de su primo, el mártir San Juan Bautista, la noche del 24 de junio, la noche de San Juan. A estas festividades los países hispanoparlantes las denominarían fiestas juninas, mientras que los angloparlantes y particularmente los países nórdicos, se referirían a ellas como Midsummer. 

Y si el festín de invierno era en los “días de crecimiento”, el de San Juan ocurre en los “diebus decrescentibus”, los días de disminución en los que todo culmina con tres tipos de fuego: el de huesos limpios y sin leña, la hoguera; el de madera limpia y sin huesos, el velador; y el de huesos y madera, el Fuego de San Juan.

Nuestra hoguera arderá a través de la creatividad, y de una noche en la que Vaivén se vestirá de muchos colores para darnos la bienvenida con sonidos y música que, una vez pasada la noche, nos ayudarán a que ese fuego nos transforme y entremos al verano con otra piel.

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