5 poblanos de toda la vida

Sin ellos Puebla no sería la misma

5 poblanos de toda la vida

Desde abril ya andamos celebrando a Puebla. El pasado 16 de abril arrancaron una serie de festejos para conmemorar el aniversario número 493 de la fundación de Puebla y hoy, 5 de mayo, los 160 años de la Batalla de Puebla. Para celebrar este montón de eventos históricos hemos reunido en este listado a 5 espacios que también han aportado desde sus trincheras —o más bien cocinas y barras— su granito de arena al libro de historia de Puebla. 

Nevados Don Hermilo

La historia de este espacio inició en el siglo XX, en un tendejón ubicado en la 4 norte, en el mero centro de Puebla. Aquí el mismísimo Don Hermilo inventó los nevados, una manera bastante astuta de ganarle a la prohibición de alcohol de aquella época. “Estaba prohibida como tal la venta de alcohol pero sí te podía regalar y para que no vieran que estabas tomando, el truco era que visualmente no fuera un trago, entonces empezó a sacar coctelería con los productos con los que contaba, la fruta que tenía en el tendejón, como la fresa, la nuez, la ciruela, y fueron esos los primeros nevados que aparecieron.” nos cuenta Valeria, la bisnieta de Don Hermilo. 

El tiempo pasó, la ciudad cambió y los Nevados fueron brincando de cuadra en cuadra hasta llegar a Zavaleta. La sazón y el menú, con todos aquellos platillos que los hicieron un clásico de la ciudad, están casi intactos. Una Botana Gourmet, repleta de carnes frías, quesos, taquitos dorados, pata de res, lengua, ensalada de camarones y otras delicias, un Nevado de fresa o para estos calores un Iztaccíhuatl con nieve de limón, tequila y licor de granada y jamaica. Un plan perfecto, tanto para esta tarde como para un día soleado de hace 100 años.


Hotel Colonial

Si de espacios longevos hablamos, sería un error no mencionar al Hotel Colonial, aquel edificio que pasó de ser un convento jesuita a finales del siglo XVIII, a un hotel y restaurante llamado unos siglos más tarde, en el siglo XIX para ser exactxs, aunque el Hotel adquiere el nombre que ya todos conocemos hasta 1930.

Las historias que he presenciado son miles y basta con echarle un vistazo a su interior, en donde encontrarás uno de los ascensores en funcionamiento más antiguos del país, una colección única de retratos de virreyes de la Nueva España y otro montón de curiosidades. Para que se hagan una idea, este monumento histórico (y no lo decimos nosotros, lo dice la UNESCO) ha albergado a gente como Agustín Lara, Adolfo Ruíz Cortines, Jorge Negrete, Emilio “El Indio” Fernández y Pedro Armendariz.  


La California

Cualquier persona que haya puesto un pie en el centro ha visto una sucursal de La California, y es que es imposible pasar por ahí y no voltear a verlas; son prácticamente cápsulas del tiempo. Esta fuente de sodas nació en 1935, en la 4 oriente —cerquita de la Catedral— y pronto se volvió popular gracias a un postre que sigue cautivando paladares, su cremita. 

Pero cabe mencionar, California no comenzó como lo que es ahora. En su tiempo las hermanas Drusina arrancaron su negocio como una florería y frutería, ¿cómo aparecieron las cremitas? Como una forma de reconfortar a sus clientes, quienes mientras esperaban eran recompensados con una cremita o flan de cortesía. De pronto llegaron más personas a buscar cremitas que arreglos florales y para 1937 ya eran lo que ahora, una parada obligatoria para echarse un postre en el Centro de Puebla.


Silver Mariscos

El mar llegó a Puebla hace casi 40 años gracias a Silver Mariscos. Este restaurante especializado en los sabores del mar se ha transformado una docena de veces para seguir consintiendo a sus comensales con su sazón. Todo comenzó en el 85 en un triciclo de tamales, nos dice Esperanza Ríos, junto con su entonces esposo Silverio Coria, pusieron una charola con hielos en aquel triciclo, trastes para cóctel y un costal de ostiones. El génesis de un proyecto que actualmente habita el número  4926 de la calle 16 de Septiembre.

Los ostiones en su concha siguen estando en su carta, por supuesto, pero a estos se les han unido más manjares como su jaiba desnuda —la cual aquí conlleva todo un ritual para comer—, el Arroz Silver, frito con camarones y mejillones; o sus Camarones con Frijoles, una cazuela con camarones al ajillo con frijoles refritos de la casa. Una tradición que tienes que probar por ti mismx. 


La Mina de Plata

Si nunca has visitado La Mina de Plata, no puedes decir que conoces Puebla. En el centro de la ciudad hay varias cantinas, bares y barras icónicas y antiquísimas, pero creemos que una de aquellas leyendas de los destilados es La Mina de Plata. Desde 1925 este espacio ha embriagado a gente con sus licores, en especial con su lomo de rana y su vuelve a la vida, 2 licores a base de hierbas que saben a gloria y supuestamente sirven tanto para sanar empachos o curar crudas. 

Así como otros espacios en esta lista, La Mina de Plata parece ser una ventana a otras épocas. Un espacio pequeño gobernado por botellas, un mingitorio que casi invade la barra y un par de rótulos de esos que ya no se frecuentan. Desde incendios hasta borracheras, La Mina de Plata ha presenciado una buena parte de la historia de Puebla en primera fila y eso merece un brindis. 


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