Así vivo mi ciudad: Recomendaciones abril

Cholula

Así vivo mi ciudad: Recomendaciones abril
“Dee, Ñañá, Rodimil y Amélie nos recomiendan lo mejor de Cholula ”

Dee y Ñañá

Dee y Ñañá
“¿La magia de Cholula? Eso es un secreto”

El fenómeno que ocurre con Cholula es en verdad particular. Por un lado, este barrio moldea a su gente, los hace a su manera, se apropia de ellos. Pero por el otro, Cholula se ha ido formando gracias a quienes la viven y la trabajan. Por eso quizás ningún otro barrio de Puebla tiene un equilibrio tan preciso entre tradición y actualidad.

De entre las muchas leyendas (y vaya que son muchas) que han ayudado a hacer de Cholula lo que es hoy en día, están David Espinosa y Diana Morales, mejor conocidos entre los amigos como Dee y Ñañá. Él ilustrador, ella bailarina, se conocieron hace 10 años aquí, y desde entonces se enamoraron locamente, tanto entre ellos, como de Cholula.

Eso los ha llevado a hacer proyectos que ayuden a la comunidad: ya sea Dee diseñando carteles para conciertos, estas o cualquier otra cosa que haga falta dar a conocer en el barrio; o Diana, con el Centro Cultural Segundo Piso, espacio que dirige y en el que la comunidad podrá encontrar clases de danza para niños, contemporánea, aérea, ballet, swing o yoga, por mencionar tan sólo algunas.

Cuando llegó la hora de preguntar por sus recomendaciones no fue fácil: estos dos conocen todo Cholula y probablemente a la mayoría de los lugares nuevos y tradicionales que le dan vida, así como a las personas detrás de ellos. Al final, cada uno se fue por un lado: tradición e innovación.

Dee, por ejemplo, nos recomendó un espacio relativamente nuevo (el pasado marzo cumplió un año): la Cierva Dorada. Este lugar que se especializa en cerveza artesanal es el favorito de Dee por una razón muy sencilla: “¡Porque queda a la esquina de mi casa!”. Pero además de eso nos dice: “tienen una gran selección de cerveza, muy, muy acertada. Ah y el guacamole es increíble. El lugar es perfecto para juntas casuales (cerca de mi casa) o chelas después del trabajo (cerca de mi casa). No puedo pedir más del bar de la esquina”.

Por su lado, Diana apuesta por lo tradicional, algo verdaderamente local. “Cholula es tranquilo y encuentras de todo”. Y justo para eso, ella recomienda la papelería y mercería YARETD: “es una tienda rarísima donde encuentras todo, desde ojos de botón hasta pelucas, bigotes falsos, máscaras, etc. También visten Niños Dios, pero nunca he llevado uno”.

Es un hecho que Cholula tiene algo magnético que atrae a tanta gente. Cuando les preguntamos sobre esta magia tan específica, su respuesta fue unánime: “es un secreto”.


Rodimil y Amelie

Rodimil y Amelie
“Este lugar me encanta”

En la 8 Poniente de San Andrés, otra pareja decidió apostar por lo local, por aquello que le aporte algo a la comunidad. Hace poco más de un año Rodimil y Amelie abrieron Gru Grú, un restaurante de sushi que se diferenció de los demás, no sólo por su menú y oferta, sino porque todo lo que hacen está pensado en ofrecerle algo bueno al barrio, y también, que sea amigable con el medio ambiente.

Gru Grú refleja los ideales de sus creadores: es joven, piensa en cada detalle (desde su arquitectura hasta sus platillos han sido diseñados para favorecer al medio ambiente), apoyan a los productores locales y, además, son pet friendly. Y justo así son sus recomendaciones.

Amelie, por ejemplo, es quizás la primera persona en la historia de nuestra publicación en recomendar una escuela: EPUC Educación para una Humanidad Consciente, A.C. ¿La razón? “Apoya mucho a la gente de Cholula”. Y elabora: “Yo la conocí por dar talleres de yoga, jardinería y pintura. Tienen un mercadito de productos artesanales y sus alumnos fabrican esos productos para apoyar otras causas, para gente que lo necesite. Este lugar me encanta, sobre todo por la parte social que hacen”.

Cuando les preguntamos por lugares para comer, no pudieron evitar irse a lo más local: “Nos encanta el panadero que viene luego en su coche. No puedes dar una ubicación precisa porque va pasando por las calles y va sonando su música. Todos salimos, los vecinos se saludan, agarras tu pan, convives. Compramos donas, pan dulce. Luego con el staff nos compramos nuestro chocolatito y estamos ahí botaneando”.

“También está el manguito…todas son cosas que se mueven, se pone en nuestra esquina y pues ya luego vamos a verlo. Y también las nieves del estacionamiento de la pirámide”.

Rodimil se fue por el lado de los espacios abiertos. El Zapo, por ejemplo, “es un buen lugar para ir a entrenar. Estás en la naturaleza, en contacto con el aire puro. Además, puedes sacar a tu perro, ir con los amigos”. O si no, la recién renovada explanada de la Pirámide.


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