Pozolería Chapala

Si bien los inicios del pozole fueron un poco turbios (en la época prehispánica no se usaba carne necesariamente de animal), hoy en día es uno de los platillos favoritos de cualquier mexicano.

El pozole, cuyo nombre viene del náhuatl pozolli y significa espuma –debido a los granos que se utilizaban llamados cacahuazintle –, ha pasado durante mucho tiempo, de generación en generación. Justo así fue como Pozolería Chapala llegó a su receta, aquella que nos vuelve locos y que se planta en el corazón, la mente y el estómago de quien lo prueba como uno de sus platillos favoritos.

Para empezar se necesita de unas buenas bases. Aquí se especializan únicamente en el pozole rojo estilo Jalisco, estado del cual viene la receta original, así como la de la deliciosa agua de chicha.

El diablo esta en los detalles: la carne que utilizan en la Pozolería es cabeza de cerdo y maciza, es decir, pierna de marrano.

Pozole no es pozole sin maíz. El que se ocupa para su elaboración es el cacahuazintle, llamado así por su parecido con los granos del cacao.

La parte favorita de muchos: la verdura; el equipo formado por la cebolla, la lechuga y los rábanos, siempre coronando a este rey.

El orégano es también una parte indispensable de este manjar, ya que es una especia que, además de todas sus propiedades, le da ese sabor único que nos encanta. Y para enchilarse rico, los seleccionados son el guajillo y el piquín.

Como dato curioso, en la Pozolería se encargan personalmente de secarlos, dorarlos y molerlos a mano, asegurando la calidad de este platillo.

Así es el pozole como debe ser, hecho desde cero; escogiendo con especial detalle y cuidado cada ingrediente: desde el maíz, la carne, el chile y hasta el orégano. Así es como Pozolería Chapala toma este plato del día a día, de la calle y de los recuerdos de la mesa, para ofrecer un clásico perfecto.