Si cada cabeza es un mundo, cada sándwich es un universo. 2 rebanadas de pan, una puesta encima de la otra, son básicamente un lienzo en blanco en el cual pueden ocurrir cientos e incluso miles de cosas. 

Las historias, los sabores y las experiencias que guardan 2 piezas de carbohidratos complejos que bien podríamos llamar pan de caja, brioche, chapata o hasta waffles nos vuelven locxs, tanto que nos hemos dado la tarea de presentarte 6 combinaciones que nos han volado la cabeza gracias a su presentación, sazón y originalidad.        

“Que coman pastel”, supuestamente fue la frase que le costó la cabeza a Maria Antonieta, pero esto es falso. Ni fue lo que dijo, ni está bien traducido. Lo que en francés es Qu’ils mangent de la brioche! es realmente en español: que coman brioche. Y la neta, después de probar un brioche como el de Breaking Bread, hubiéramos entendido por qué (en teoría) dijo tal cosa. 

Breaking Bread es una gozada por donde lo veas. En esta panadería en donde el tiempo solo estorba hay toda clase de panes para mandar a tu paladar al mismísimo paraíso. Ya sea con uno de sus croissants, con uno de sus chocolatines o, si de plano tienes mucha hambre, alguno de sus sándwiches, bagels y emparedados. Es justo de aquella sección de su carta de donde se desprende el Harley Quinn, uno de los protagonistas de esta lista. 

Un brioche de mantequilla recién hecho —aquí todos los días hornean su pan para garantizar su frescura— con huevos estrellados, tocino crujiente, mezcla de quesos cheddar suave y fuerte y una compota de frutos deliciosa en medio. Una auténtica reina de las mañanas.   

¿Qué sería de la vida sin el pan de caja? Este, uno de los mejores inventos de la humanidad en nuestra opinión, nació en 1912 gracias a la mente de Otto Frederick Rohwedder, un estadounidense que quiso hacer su vida más fácil y creó una máquina cortadora de pan. Después de un incendio y una década reestructurando su máquina, el pan de caja logró convertirse en un insumo imprescindible en cualquier alacena y una parte importantísima del Ribs & Cheese Sandwich de Grill Brothers.

En Grill Brothers los ahumados son tratados como reyes. Aquí las carnes de res y cerdo son utilizados con especial cuidado, casi que con cariño y se siente a cada mordida. El pan de estos expertos en sabor es una receta original, creada para que, acompañados de su brisket, beef, pulled pork y más, sean una poesía para el paladar. 

Escoger un solo sándwich de su carta fue una tarea difícil, pero el victorioso en esta contienda fue su Ribs & Cheese Sandwich, una delicia que nació en nuestra segunda edición de Foodie Week: costilla ahumado por 12 horas bañada en BBQ de Jack Daniels con pepinillos y queso cheddar entre 2 piezas gruesas y bien doradas de pan. Un Sándwich sencillo cuyo encanto está en el cuidado y pasión que ponen en cada uno de sus ingredientes.  

Hacer un sándwich es todo un arte; no es solo colocar unos ingredientes encima de otros. Todo sin excepciones tiene que ser seleccionado con cuidado, hecho con esmero y armado con amor. La tarea es ardua, sí, pero el resultado es glorioso. Entre aquel pequeño pero exquisito mundo de artesanos del sándwich, recién descubrimos un proyecto que nos enamoró al primer mordisco: Hijos del Hambre, una dark kitchen experta en ahumados que desborda estilo y sazón. 

Los Hijos del Hambre, o más bien la pareja de arquitectos con alma de chefs detrás de esta cocina fantasma, saben que a veces menos es más y que el diablo, en efecto, está en los detalles. Una carta pequeña pero poderosa en sabor: Sándwich de Pulled Pork; de 3 quesos con queso y quesillo de Chiapas y cheddar; y la estrella, el Sándwich de Brisket, con salsa BBQ casera, ensalada de col, queso cheddar y pecho de res ahumado en leña de durazno, humectado con vinagre de manzana y cocinado por 12 horas, todo entre 2 gruesas piezas de pan brioche literalmente hecho en casa. 

Como afirmamos hace unas cuantas líneas, los detalles hacen la diferencia. Hijos del Hambre se dio cuenta de una cosa clave: Los lugares de ahumados le ponían poca atención al pan con que acompañaban sus carnes. Soluciones había varias, pero su naturaleza autodidacta los llevó a darse un clavado entre los miles de tutoriales que habitan internet para después de una serie de pruebas y errores, crear un pan brioche alto en mantequilla que casi casi se deshace en la boca. Armados con su receta y un modesto horno eléctrico los Hijos del Hambre lograron hacer un pan que aunque quita el hambre, te deja con ganas de más. 

“Si puedes soñarlo, puedes desayunarlo” afirman en Sandwichísimo, la meca del emparedado, la fantasía de lxs amantes del desayuno, el restaurante que sí o sí tienes que visitar si te haces llamar foodie y estás en Puebla. Este espacio nos demuestra que todo cabe entre un par de panes sabiéndolo acomodar. 

Aquí lo que sobra son opciones y lo que falta es tiempo para probar todo lo que en su menú habita: sándwiches, chapatas y emparedados tanto ligeros como llenos a reventar; para carnívoros y vegetarianos; salados y dulces; pensados para consentirte en las mañanas o en las tardes. Pero entre todos esos manjares por descubrir hay uno que mezcla lo mejor de todos: el sándwich Montecristo. 

Este delicioso híbrido entre pan francés y sándwich tiene jamón casero, queso cheddar y queso de la casa gratinados, con mostaza Dijon y mayonesa, resguardados en medio de 2 rebanadas de pan blanco dorado en mantequilla espolvoreado con azúcar glass y coronado con frutos rojos. Si la presentación es una belleza, espera a probarlo.

Era 1982 y en Venecia un panadero de nombre Arnaldo Cavallari temía que literalmente los franceses le comieran el mandado. El pan francés cada vez era más popular entre la gente, Arnaldo, preocupado, buscó mil y un soluciones de ganarles y un día, tras muchos intentos, dio a luz el pan que le daría batalla a los franceses: la chapata.

Cuando Tagers, un restaurante que hace magia en su cocina, decidió renovar su menú de la tarde, optó por agregar el pan que salvó hace un par de décadas a ese tal Arnaldo. Unos ajustes, varias lluvias de ideas y pruebas más tarde nació el Philly de Picaña, una chapata artesanal con jugosa barbacoa de picaña cocinada a fuego lento con cerveza y hierbas, cebollitas caramelizadas y queso Monterrey Jack derretido, con un gravy para dipear. 

El equipo de Tagers, guiado por el chef Ian Vergara, tienen algo clarísimo cada que algún platillo entra a su menú: todo, desde la selección de sus insumos hasta la presentación de su platillo, tiene que ser especial, algo que logran con el Philly gracias al gran dúo que forman su chapata hecha en casa con masa madre y la suave barbacoa de picaña que pasa en el horno casi 8 horas.   

La cocina está llena de mitos y hoy vamos a romper uno más: los waffles no son exclusivos del desayuno. Sí, claro que son una delicia con crema batida y frutos rojos, o bañados con miel de maple, pero hay todo un mundo por descubrir. Ahí es en donde entra Wafflegg, unos pioneros de la comida rápida que lograron ver todo el potencial de este pan europeo.

Con sucursales en Cholula y en Lomas de Angelópolis, Wafflegg es un restaurante que fusionó su creatividad con sus antojos y dieron como resultado sándwiches de Waffles rellenos de todo tipo de cosas: que si de pollo frito y tocino, que si de salmón, que si de quesos, o de Nutella con bombones. Pero fue su última creación la que nos volvió locxs: sus Smashers: hamburguesas que sustituyen el tradicional bollo por unos crujientes Waffles. 

De sus 3 opciones de Smashers (las 3 una delicia por cierto), te queremos antojar la Country Smash, una fantasía de hamburguesa; Entre 2 waffles estilo americano, que por fuera son crujientes y por dentro suavecitos, doble carne de res cocida tipo smash —un método que consiste en poner la carne en la parrilla para después aplastarla haciendo un tipo de fina tortita crujiente—, doble queso cheddar, tocino, salsa BBQ y cebolla crujiente. De solo escribirlo, se nos hace agua la boca.