Lo que empezó como un simple bar hopping se transformó, casi sin darnos cuenta, en la historia de una ciudad y una bebida. Existe algo en Cholula que en últimos años la ha vinculado a la cerveza artesanal ¿Cómo se dio? ¿Cuándo? Muy probablemente pasó lo mismo que con nosotros: sin darse cuenta, Cholula se convirtió en una capital cervecera.

Tras bambalinas están los cerveceros, esos personajes con mucha pasión y constancia que además de brindar un gran producto realizan una importante labor para cambiar (o mejorar) la percepción en torno a la cerveza.

Aquello que podría verse como competencia es en realidad todo un gremio que se apoya y se fortalece a través de una meta colectiva: hacer la mejor versión de esta bebida y hacer de su ciudad un lugar clave para la cerveza artesanal mexicana. Cada uno desde su trinchera, cada uno desde Cholula. Aunque no están todos los que son, sí encontrarás a continuación a muchos de los cerveceros que han hecho de Cholula capital de esta bebida.

Lo que empezó como el sueño de tres amigos que buscaban buena chela y buena vida, acabó por convertirse en una de las cervecerías más importantes de Puebla y la que marcaría la pauta de la ciudad que llevan en el nombre como capital cervecera. “Ahora somos muchas personas que trabajan para construir un sueño y lo más importante: una comunidad creciente de gente que disfruta de lo que estamos haciendo.”

“Creemos que con el suficiente trabajo y tiempo, Cholula será una capital cervecera”. Si bien iniciaron en 2013, fue hasta hace 2 años que se dedicaron de lleno a esto y apenas en 2018 que construyeron su cervecería y un restaurante junto a la fábrica, haciendo aún más completa la experiencia. “En bici o caminando puedes pasar un día visitando cervecerías en Cholula”.

Entre sus chelas podemos destacar la Buena Vida, una golden ale perfecta para ir entrándole al mundo de la cerveza artesanal; la Cholulipa, una american india pale ale con muchos lúpulos, intensa en amargor y aroma; y la Pale Ale Cascade, el estilo que los inspiró a volverse cerveceros: una american pale ale single hop. 

“Creemos que la principal función de la cerveza es unir a las personas […], históricamente ha sido la bebida del pueblo”, nos cuenta Toño, uno de los pilares de Cervecería Rivadavia, cervecería cuya filosofía es sumamente afín con Cholula: “hacer comunidad”. 

Nacida de las ganas de hacer buena cerveza, de crear por medio de una chela un punto en común con la gente y del simple hecho de disfrutar, Rivadavia es algo más que una cervecería. “A pesar de que existe un producto físico, nos sentimos una plataforma enfocada a las personas. Rivadavia es de la gente”. 

Aquí encontrarás, además de amigos en la barra, una cerveza que no cansa el paladar, de calidad y que ofrece una experiencia más allá de cualquier marca comercial. Las protagonistas de Rivadavia son la Güera, una tropical lager con notas cítricas a guayaba, mango y maracuyá, perfecta para productos frescos y prácticamente para cualquier momento; la Ambar, una scottish export con notas tostadas de caramelo, la única de las recetas que no han cambiado durante los casi 3 años de la cervecería; la Mamba, la reina de Rivadavia, una lager oscura fácil de beber, con notas tostadas a café y chocolate, ideal para acompañar tanto carnes rojas como postres; y la más nueva, la IPA, una cerveza más amarga, con notas florales y enfocada al sabor del lúpulo.

Te recomendamos estar al pendiente de sus redes, ya que este 31 de agosto Rivadavia celebrará 3 años de hacer buena chela y comunidad, celebración que vendrá, obviamente, con una buena fiesta y algunas cervezas de edición especial.

“Hecho en Cholula con amor” rezan todas y cada una de las botellas de San Pascual Baylón, una cervecería que busca ir más allá de los libros y las recetas, un proyecto que nació del puro amor a la cerveza. “Todo empezó por curiosidad, por querer saber más de la cerveza y cómo se hace”, nos dijo Nicola Capasso, un verdadero entusiasta del mundo de la cerveza artesanal y uno de los creadores de esta marca, que toma su nombre del patrón de las cocinas.

Esta cervecería se ha convertido en todo un taller de sabores, como la Quimera, una chela que nació de la leyenda sobre las vasijas con restos de uva, cebada y miel que supuestamente encontraron en la tumba del Rey Midas. San Pascual reinterpretó aquella receta y el resultado fue un híbrido entre hidromiel, vino y cerveza. Esta bebida les dio la medalla de plata en la edición 2019 de Aro Rojo por Cerveza Experimental.

“Cuando la gente dice: No me gusta la cerveza, yo les digo que en realidad no han encontrado la que les gusta, porque hay un mundo infinito de cervezas”. Aunque San Pascual Baylón no tiene un lugar, sí cuenta con bastantes puntos de venta. Las que podrás encontrar siempre serán la Citrus Paradisi, que con su estilo ambar con cáscara de toronja y aroma floral se ha convertido en la consentida. La Baylona, fresca, ácida y perfecta para el verano; una hefeweizen con Maracuyá. Y la Don Froy, una american stout con notas a coco para volverla más compleja.

“Buena cerveza y ya”. Contundente y franco, fue como Santiago (una de las 3 mentes que forman Bilderberg) describió a esta cervecería, que se inspira en una de las sociedades secretas más famosas del mundo y crea toda una mística en torno a sus cervezas. “Bilderberg es hacer la mejor cerveza posible, con los mejores ingredientes y sin pretensiones”, así lo muestran las variantes que buscan desde la concepción de la marca: sabores fuertes, con alta graduación de alcohol, que se sirvan de estilos belgas o ingleses.

Su taproom, con uno de los diseños más bonitos que encontrarás en Cholula, es todo lo que necesitas para comprobar el sabor único que le han dado a su cerveza que cuenta con 12 variedades que abarcan casi cualquier paladar, experto o inexperto ¿Nuestra selección? La Jackson, una american pale ale cítrica; la Rockefeller, estilo belgan tripel ale, afrutada con notas de frutos rojos y plátano maduro; y la favorita, la Rosenberg, una russian imperial stout fuerte, en la que abundan notas de chocolate, café y caramelo. 

Sus ediciones especiales no se quedan atrás. Con ellas, Bilderberg ha encontrado aún más cancha para jugar y experimentar. Para su Sesiones de verano sacaron una IPA suavecita, fresca, con mango y maracuyá.

Portillo no sólo cerveza: es corazón, y mucho. “Es compartir experiencias, compartir vivencias”, nos dice Erik Portillo, quien junto con su esposa fundó la cervecería que lleva por nombre su apellido.

Esta marca nace por pura pasión cervecera, “por gusto. Cuando te enamoras de algo, ya no hay razón humana que te saque de ahí”. Erik estudió Ingeniería en Alimentos y poco a poco llegó al mundo de la cerveza artesanal. “Todo cervecero es un fracaso al principio, la primera vez siempre sale mal y fue ese mismo coraje el que me llevó a pensar: ‘me tiene que salir una cerveza chida, como las que he probado. Así que comencé a leer, a investigar’”. El tiempo, la dedicación y la familia llevarían al cervecero a dar el siguiente paso, y es que cada una de sus cervezas lleva un pedacito de la historia de Erik. “Todas ltienen una historia personal y siempre muy apegada a la familia”. Desde la reinterpretación del escudo de armas que adorna las botellas hasta sus nombres, incluso sus etiquetas.

Sus clásicas son 3: Lorena (dedicada a su esposa) es una robust porter estilo inglés, de frutos secos, chocolate y café. Galápago, la cerveza que Erik creó para él, una american IPA con sabores muy cítricos y aromas frutales; y la Project 140414 una saison/farmhouse ale, un estilo no tan común originario de una zona francoparlante de Bélgica, sin dudas la consentida de la marca y ganadora del oro en el Duelo Cervecero de Occidente en Cervezas Belgas en 2016. Sus ediciones especiales son únicas, como el caso de Portillo VIII, una belgian strong ale bastante compleja, con pasas, ciruelas e higos.

Cierva Dorada es mucho más que un bar o un taproom, es un aula donde los visitantes pueden aprender, no sólo de cerveza, sino de las personas y procesos detrás de ella. Durante 3 años, se han dedicado a curar una selección de las 12 mejores cervezas de la vida local. Y no podríamos estar más que de acuerdo con él.

“Vamos a quitarle el concepto artesanal y vamos a decir que es cerveza de micro producción, hecha con un montón de esfuerzo que implica conseguir productos de buena calidad, ajustarse a tiempos, sortear costos. Incluso es gente que renunció a su chamba para apostar por la chela, […] ese es uno de los aspectos más importantes en Cierva Dorada, valorizar profundamente la producción de los cerveceros que trabajan con nosotros”.

Cierva Dorada es la suma de muchos amigos, de la gente de cocina, de quienes trabajan y de los cerveceros (en su mayoría los citados en esta lista) que dan esas chelas “llenas de dedicación” a las que ellos hace referencia, y que con su trabajo nos ayuda a ver esta bebida y sus procesos de otra manera. “Sin ese esfuerzo, sin esa constancia, sin esa calidad, para nosotros sería muy difícil llenar esas 12 líneas”, mismas que encontrarás en su barra.

Después de probar, probar y probar, Cierva Dorada escogió las mejores cervezas de lo local, las mejores de cada cervecería, dando como resultado 12 líneas, 12 estilos y 9 cervecerías locales que van desde lager, IPA (la CholulIPA de Cervecería Cholula), russian imperial stout (de Bilderberg), belgian strong ale (de Portillo), e incluso hidromiel como la Quimera (de San Pascual Baylón). Por supuesto también tienen las de casa: la Sicut Cervus (golden ale) y la Adrebous (red ale), dos cervezas hechas con mucha dedicación. “¿Quieres conocer gama cervecera poblana? siéntate en esta barra”.