Festival Ternium: Lo mejor del cine Latinoamericano en Puebla.

Las salas de cine comerciales se han vuelto un gran más de lo mismo. Y en un mundo lleno de películas de superhéroes y comedias románticas (que vamos, no tienen nada de malo), es refrescante encontrarse con una muestra que presenta lo mejor del cine Latinoamericano, con aquellas películas que difícilmente, o ya de plano jamás, llegarían a un cine comercial.

Este fin de semana, tras 2 años de ausencia, regresa a Puebla el Festival Ternium de Cine Latinoamericano, creado por Ternium y Fundación PROA para acercar el séptimo arte a más audiencias y de paso, estrechar los lazos entre los países de América Latina. Un festival que nos regala una fotografía del cine latino.  

En esta séptima edición, Ternium presentará 10 producciones de Uruguay, Brasil, Bolivia, Costa Rica, México, Chile y Argentina en 2 sedes, el Museo Amparo y por primera vez en las salas de cine del Complejo Cultural Universitario de la BUAP del 13 al 15 de mayo. 

Si bien nuestra recomendación es no perderte ninguna de las proyecciones, sí tenemos nuestras favoritas. Para empezar te recomendamos Clara Sola, una película de Costa Rica que nos lleva a un pueblo remoto de aquel país en donde Clara, una mujer introvertida de 40 años, experimenta un despertar sexual y místico que supondrá el comienzo de un viaje que la liberará de las convenciones sociales y religiosas que tanto le han reprimido a lo largo de su vida.  

Otra proyección imperdible será la de Comala, un documental que narra la historia de un hombre que se encuentra con su dispersa y disfuncional familia para confrontar la historia de vida de su padre ausente, un sicario fallido asesinado años atrás en la frontera mexicana. Esta proyección contará con Gian Cassini, director de Comala, como invitado especial.

Finalmente, para que la anotes en tu calendario, este sábado 13 se exhibirá en la terraza del Museo Amparo la película de terror uruguaya Al morir la matiné, un largometraje que nos transporta a una noche tormentosa en Montevideo en 1993. Un cine con cierto aire decadente está abierto. Allí se exhibe una película de terror italiana titulada la muerte jamás vista, que atrae la atención de unos pocos asistentes. Esa noche, en la que la hija del proyeccionista habitual lo sustituye, aparecerá un sombrío personaje con la intención de asesinar a todos los espectadores.