¡Ver para creer!

Exposición en Capilla del Arte de la UDLAP

Mi historia, la historia de “cómo me hice monja”, comenzó muy temprano en mi vida; yo acababa de cumplir seis años. El comienzo está marcado con un recuerdo vívido, que puedo reconstruir con su menor detalle. Antes de eso no hay nada; después, todo siguió haciendo un solo recuerdo vívido, continuo e ininterrumpido, incluidos los lapsos de sueño, hasta que tomé los hábitos.

Estas líneas, que inician el relato de la alucinada novela que César Aira escribió en1993, encajarían en una descripción del motor del trabajo de Antonio Álvarez Morán. Entre los paralelismos que comparten están la autoficción, la psicodelia, el simulacro, la experimentación formal y, quien haya visto al pintor poblano vestido de monja en uno de sus performances puede corroborarlo, la noción de la identidad como un campo para la transformación. En las pinturas de Antonio Álvarez también lo sacro y lo profano se mezclan dentro del marco del Neomexicanismo para dar paso al pop neo-novohispano, ejemplo de ello son las series de retratos de monjas. Además en 1997, el artista creó el Alvarezado, proceso pictórico que combina el collage, el óleo y la encáustica. Con todos estos elementos, la obra del pintor es digna de pensar y de detenerse a admirar en sus detalles. Esta oportunidad está ahora presente en la Capilla de Arte UDLAP con la retrospectiva ¡Ver para Creer! que abarca el periodo de 1966 a 2018 con 113 piezas de diversos formatos.

Al inicio de la muestra, se encuentran siete autorretratos realizados en años distintos y hechos con diferentes sentires, técnicas y simbolismos aunque se trate del mismo rostro. Esta bienvenida advierte sobre el sentido camaleónico de la identidad presente en los cuadros. La exposición está divida en trece apartados museográficos que muestran la diversidad de procedimientos plásticos y discursos creativos. Desde Patti Smith convertida en religiosa hasta un santo niño que custodia peyotes, las pinturas de Álvarez hablan sobre la formación personal, lo festivo de lo popular y el peso de la herencia barroca de lo espiritual.

 

¡Ver para Creer! es una exhibición significativa para los poblanos que han convivido gran parte de su vida con la iconografía religiosa cimentada en la ciudad. Cuando uno cambia, nuestras creencias también lo hacen. Antonio Álvarez es el pintor que toma los hábitos para que cuestionemos nuestra relación con lo divino y reflexionemos sobre dónde depositar nuestra fe. La exposición estará en la Capilla de Arte UDLAP hasta el 16 de septiembre con entrada libre para todo público.

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