Si hay algo que nos une a Italia es ese amor por la comida. Tal vez sea gracias a aquella importancia que le damos a la mesa o a los momentos que pasamos en ella; los platillos que compartimos y la recetas que se pasan de generación en generación y, más importante aún: de boca en boca. Lo que es seguro es que los mexicanos amamos la comida Italiana.

En Puebla (o en México en general) no es para nada una sorpresa encontrarnos con un centenar de lugares dedicados a la cucina italiana, pero son realmente pocos los que buscan inyectarle alma y pasión a cada platillo para transportarte a Italia, del mediterráneo a sus montañas, con un solo bocado. 

El tiempo y la tradición han vuelto a La Piccola inevitablemente nostra. Bastó ver cuando preguntamos en nuestras redes por el restaurante italiano favorito de nuestros lectores, para ver que este espacio que vive en La Paz desde hace 25 años era uno de los más queridos. “Para un restaurante italiano la base de todo es la pasta. Puedes hacer una salsa muy rica, pero si la base no sirve, el platillo no está completo”, sostiene Don Gino, la mente detrás de este delicioso proyecto.

Tan importante es la pasta para Don Gino, que ésta es elaborada de forma artesanal en una pequeña fábrica a la vista de los comensales que los visitan. Aquí encontrarás platillos que unen a los dos países como su Ravioli de Chile Poblano o cosas más clásicas como su Gnocchi di Patate con salsa boloñesa o cuatro quesos.

Para empezar, Toscalia es el primer restaurante italiano en nuestra ciudad en recibir el reconocimiento ospitalitá italiana, otorgado por el gobierno italiano a aquellos restaurantes que transmiten correctamente su gastronomía y cultura.

Aquí encontrarás una cocina honesta que logra llevarte a la Toscana desde tu mesa y que realmente se preocupa por inyectar de pasión y amor a cada uno de sus platos. “No todo en Italia es pizza y pasta, todo este tiempo hemos buscado ser la mejor experiencia italiana. Que la gente venga y diga: a esto sabe Italia”, nos contó Luis Carpintero, creador de este espacio. Uno de sus secretos para lograr eso es la calidad de sus ingredientes, la mayoría directos desde Italia y, si no los consiguen, buscan productores locales para realizarlos.

Aquí te espera una verdadera experiencia italiana.

Si no puedes ir a Nápoles, Andrea Pérgola trae Nápoles a ti en Panareo, un lugar que tiene presente que uno de los mayores placeres de la vida es comer, ritual que es aún mejor si hay pizza de por medio.

Panareo nació a partir de la idea de devolverle a la cocina su sencillez, sin restarle dignidad. Fue así como Andrea tomó los procesos originales de la pizza para hacer honor a sus orígenes, volver a aquel platillo emblemático y delicioso que todo mundo ama. El resultado es simplemente una delicia que no puedes dejar pasar.

Un poco de albahaca es el secreto de todo buen platillo italiano. Ya desde la antigua Roma esta especia era utilizada para terminar cada comida con un gran sabor de boca, algo que Antonio Álvarez, un entusiasta del buen comer, quiso retomar en su restaurante.

Un viaje a Nápoles fue todo lo que hizo falta para que este lugar naciera. Y justo eso es Albahaca, un viaje –por lo menos del paladar– a la bota itálica. Sus ensaladas son una delicia y sus tragos imperdibles si los visitas, pero las verdaderas estrellas de este lugar son sus pizzas y pastas artesanales, elaboradas con ingredientes cuidadosamente seleccionados.

Como buena trattoría, La Péntola es un es un lugar íntimo que cree en la comida tradicional, con calor de hogar y reconfortante (su mismo nombre nos lo avisa, en español pentola significa cacerola) ideal para ir en familia y disfrutar de platillos abundantes.

Si algo los caracteriza es la autenticidad de sus platillos, que inevitablemente llevarán a quien los pruebe al sur de Italia. Aquí pecan de exquisitos y estamos seguros de que un platillo no será suficiente. El verdaderos sabor de Nápoles, está aquí.