En La Danse Macabre todos somos iguales

Una conversación con Kate Puxley

En La Danse Macabre todos somos iguales
8 dibujos rodean al espacio en posiciones muy similares a las que toma la muerte cuando baila en la alegoría medieval

 

La Danse Macabre es la más reciente exposición de la artista canadiense Kate Puxley (Edmonton, 1983). Su primera muestra en México, en la Galería Mercado Negro más específicamente, consta de 8 dibujos de gran formato que rodean al espacio en posiciones muy similares a las que toma la muerte cuando baila en la alegoría medieval en la que Puxley, como muchos otros artistas a lo largo de la historia, se inspiró, sólo que a diferencia de las imágenes que crearon personajes como Michael Wolgemut o Hans Holbein, aquí en lugar de esqueletos hay animales: gatos, corderos, iguanas, pájaros.

 

En Galería Mercado Negro

 

Ello son los constantes protagonistas en el trabajo de Puxley, quien en la mayor parte de su obra se ha servido de la taxidermia para recordarnos la inevitabilidad de la muerte y la temporalidad de nuestras vidas. Sin embargo, por cuestiones de practicidad (“la taxidermia es muy compleja y simplemente no tenía ni los materiales ni el tiempo”) y también como un cambio en su forma de trabajo, Kate prescindió de su técnica habitual. La artista en cambio se dedicó a recorrer Cholula y a fotografiar a los animales que encontraba muertos en el camino.

 

 

A pesar de que “la gente convive con ellos todos los días, siguen siendo reemplazables, son parte del paisaje; sin embargo, aunque muchos de los animales muertos o atropellados forman parte del escenario, aquí hay otro tipo de conexión o desconexión con ellos”, nos dijo Kate al inicio de la entrevista.

Lo anterior tal vez se deba a la principal razón por la que Puxley quería venir a México: “siempre he apreciado la conexión que la cultura mexicana tiene con la muerte. Vengo de una parte diferente de Norte América donde se le teme a la muerte, donde deciden ignorarla, donde le dan la espalda, porque nos sentimos incómodos y la negamos. Esto se puede apreciar en la forma en la que la gente modifica sus cuerpos, es una negación constante de la muerte; en lugar de girar, estrechar la mano con ella y aceptarla. Porque si aceptas la muerte, aprecias la vida, ya que no puedes tener una sin la otra”.

 

 

Y la muerte no es igual para todos, al menos no en nuestro mundo. Kate recuerda durante la entrevista una anécdota en la que una amiga tuvo que frenar de golpe su automóvil pues había un perro atropellado en el camino: “ella viró el auto porque no quería que sus llantas se ensuciaran”. Justo esta historia refleja uno de los conceptos principales que rige su trabajo: “Somos animales, somos animales humanos […]. Siempre se habló de los animales humanos y no-humanos y la separación que hay entre ambos; esa separación ha creado un desastre. En mi trabajo hablo de eso, aunque sea una alegoría medieval humana, aplica para la vida animal […]. Lo trato como un recordatorio de ser empático y de estar conectado a toda la vida que existe; en términos de dignidad, creo que todas las formas de vida merecen dignidad y toda la muerte también”.

Es por ello que para La Danse Macabre Kate recurrió primero a la fotografía y posteriormente al dibujo en carboncillo sobre papel. “Mis dibujos son de animales que he encontrado sucios y ensangrentados en la calle; pasamos junto a ellos a muchos kilómetros por hora y los ignoramos. Creo que ésta es una forma de darles una segunda oportunidad, ya que al prestarles atención, al preocuparnos por ellos, les damos el legado que todos buscamos en la muerte. Y es que todos queremos ser recordados, dejar nuestra marca en el mundo. Ésta es una forma de darles esa oportunidad”.

 

 

La segunda oportunidad y la dignidad a las que hace referencia Kate tienen mucho que ver con el concepto que decidió referir en esta muestra. En las Danse Macabre originales, Papas, Emperadores, políticos y demás figuras de la sociedad medieval, bailaban junto con la muerte para recordarnos una cosa: “no importaba si eras pobre, rico, si estabas en el clero o la política, todos estamos juntos en esto y todos moriremos igual”. Kate Puxley hace lo mismo pero lo lleva a un nivel aún más profundo: “al final todos somos animales”.

Otra decisión que la artista tomó en estas piezas para reforzar la idea de que todos somos iguales a la hora de morir fue dibujar a los animales del mismo tamaño, “ya que todos son los mismos en La Danse Macabre”.

Además de La Danse Macabre, y aprovechando que es su primera exposición en nuestro país, Kate trajo consigo piezas de uno de sus trabajos anteriores que dialogan perfectamente con la muestra actual: The Hunting Lodge. Esta serie de collages “es un trabajo que hice a raíz de mi fascinación por el sexo y la violencia, y específicamente de cómo el cuerpo femenino puede representar al animal no-humano. Durante mi investigación sobre taxidermia conocí a muchos cazadores y el lenguaje que utilizan para describir una cacería es muy parecido al que se usa para describir el sexo: […] buscas y acechas al animal, lo encuentras y esperas, esperas, esperas, construyendo el crescendo. La liberación viene del disparo y por fin haces tuya a la presa”.

 

Puedes encontrar tanto La Danse Macabre como The Hunting Lodge en la Galería Mercado Negro.

La exposición estará disponible durante todo septiembre.


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