Tiendas y bazares con prendas de segunda mano
y uno que otro cachivache

El consumo de prendas de segunda mano parece un hábito nuevo, algo así como una moda sobre la moda. Ciertamente esta es una alternativa impulsada por preocupaciones contemporáneas como lo es el cuidado del medio ambiente, y promovida principalmente en redes sociales. Pero lo cierto es que la práctica de comprar o vender ropa usada y vintage puede localizarse en distintos momentos históricos, como en la Italia del Siglo XVII, donde habían personas conocidas como “rigattiere” que compraban, arreglaban y vendían ropa usada; o durante los movimientos sociales de los años 60 y 70 que promovieron este tipo de moda como símbolo de rebeldía y conciencia ambiental.
Hoy en día sobran razones para unirse a este hábito, entre ellas está, como ya hemos mencionado, la preocupación por el devastador impacto que tiene la industria de la moda en el planeta; y también hay que recalcar el efecto que tienen todas estas campañas en la salud mental de sus receptores. La moda sustentable y los 7 proyectos que aquí te presentamos proponen mucho más que privarse de comprar fast fashion, y es que además sus conceptos y dinámicas nos regresan el goce que puede sentirse al adquirir y lucir una prenda sin que esta sea una experiencia abrumadora en la que entre más consumimos más pensamos en lo que nos falta.
Lupe Báez

La ropa de Lupe Báez inicia conversaciones, tan es así que seguramente ya has oído hablar de este proyecto. Durante 7 años esta tienda de prendas y accesorios vintage se ha encargado de construir una comunidad de gente única, consciente y liberada de aquello que nos dijeron por tanto tiempo que debía ser la moda. Caminar entre sus prendas y probártelas es todo un juego expresivo y expansivo. Una de las intenciones de este lugar es ofrecer piezas rescatadas que sean únicas, de alta calidad y que representen la personalidad de la gente que las usa, por lo mismo todas ellas tienen desde 15 hasta 50 años de antigüedad.