El tiempo vuela cuando comes. Los meses han pasado como agua entre las manos y sin darnos cuenta ya estamos más cerca de acabar el año que de haberlo empezado. Estos 7 meses han sido deliciosos, llenos de nuevos lugares, sabores y gente y aunque falta un ratito todavía, queremos compartir con ustedes cuáles han sido los lugares que se han ganado un puesto en nuestro paladar en lo que va este año:

Muchas cosas le tengo que agradecer a Denisse (nuestra diseñadora en Guía oca), pero una de las que más aprecio es que me haya presentado a Pinogüino, una taquería plant-based ubicada en la 2 norte, en San Pedro Cholula. Este proyecto está creado por un grupo de estudiantes preocupadxs por el medio ambiente y entusiastas del buen sabor. Hay taquitos clásicos, al pastor y árabes de soya texturizada, y otros creación de ellxs como el Jamaigüino con verduras, flor de jamaica y champiñón y el Mixisetas, con setas y flor de jamaica tierna estilo mixiote y hoja de aguacate, que son sus salsas son una maravilla. Si pueden, váyanse a dar una vuelta los fines de semana que es cuando abren (son estudiantes, recuerden), de viernes a domingo.   

Abrieron en abril y se está convirtiendo en uno de mis favoritos del 2024. Es un lugar que se preocupa por el origen y calidad de los alimentos, y no es sorpresa que sus ingredientes tengan el mayor de los cuidados ya que es un proyecto que va de la mano de Cactilia (un huerto agroecológico) por lo que manejan un menú estacional, también trabajan con harinas agroecológicas para la elaboración de sus panes. Y si bien todo esto es un plus yo me quedo con el sabor único que encuentras en sus platillos, mis favoritos: las pizzetas (del ingrediente que manejen) y su soda de garambullo.

Benditos sean les dioses porque La Colmena volvió y más bella que nunca. Ahora sobre la Av. 13 Oriente de Cholula tiene una vista muy bella y tranquila. ¿Por qué es mi favorita? Porque es un restaurante 100% a base de plantas y tienen las mejores hamburguesas veganas. Por este y otros más restaurantes vegetarianos.

Comer aquí es transportarse a un lugar de puro disfrute. Ya sea por el ambiente relajado de su espacio sin pretensiones, por la atención que le ponen a sus ingredientes (resultando así en platillos que no se encuentran en ningún otro lugar) o por el cariño que le ponen a todo lo que hacen las personas detrás de este lugar, Lyrata es todo lo que busco en un restaurante en 2024.

Mi obsesión más reciente es un plato sopero lleno de lo que sea que Karime, la chef de Baylón haya escogido para el  menú del día. Aquí la comida es como le gusta a cualquier paladar poblano, o sea bien condimentada. Pero también se presta a algo de lo que soy fan: comer en desorden, regresar al sabor con el que empezaste y revolver un poco los elementos. Además de consentir a mis caprichos personales al comer creo que esta acogedora barra explota perfectamente una cualidad de la gastronomía de medio oriente, esa sazón casera, llena de especias que remite a un vínculo ancestral y casi místico con los alimentos. 

Cotidiano, se convirtió en unos de mis favoritos ya que alberga un espacio íntimo entre el café y sus visitantes, donde tanto su menú diario y sus postres te hacen recordar que a veces lo cotidiano resulta ser lo bonito de esta vida.