Los restaurantes son entes vivos y como cualquier ente, evolucionan. Gracias a la Foodie Week y a las vueltas que damos por la ciudad nos hemos dado cuenta de una tendencia interesante, el restaurante se está volviendo cada vez un espacio más íntimo, con pocas mesas o a veces ni una, en donde el corazón del lugar es una barra que separa por centímetros al comensal del chef o del mixólogo. Un espacio en el que entablar una plática con desconocidos es lo normal, incluso lo sugerido. 

Teorías sobre este fenómeno tenemos varias. Una oleada de emprendedores jóvenes es la primera, las rentas gracias a cientos de factores han ido incrementando, es mucho más económico rentar un espacio de 3×3 que un local listo para recibir a 80 comensales. Otra de las hipótesis que tenemos tiene que ver con el comensal, que después de un par de años en aislamiento gracias a la pandemia que comenzó en el 2020 y que oficialmente terminó en el 2023, comenzó a gestarse en él/ella/elle un hambre de contacto, de conocer gente y de charlar frente a frente. 

Sea cual sea la razón, esta tendencia nos encanta. Así que si no te importa estar un poco apretadx, o si un día quieres ir a echarte algo contigo mismx, te recomendamos ir a darte la vuelta a alguno de estos restaurantes, cafés y bares.

Hace muy poco, un dúo de Gabrielas decidieron abrir un espacio pequeño en San Andrés Cholula —en la 4 poniente para ser exactos—, con 2 barras, varios banquitos, mucha sazón y un menú que cambia cada semana. Vaga es un espacio para comer, picotear y tomar, un paraíso terrenal pues. La comida deliciosa y el disfrute son aquí un medio para romper el hielo entre comensales así que trae hambre y si crees que no tienes mucha conversación, aquí te la sacan. 

Unos mariscos siempre caen bien. Este año llegó el Güero Marinero, una barra que nos hace sentir que el Centro de Puebla es un puerto. En este auténtico espacio comprenden que el amor por el buen comer y el cuidado de los ingredientes son suficientes para hacer de lo sencillo un manjar. Aquí siempre te recibirá un ambiente cálido y relajado y entre las delicias que su menú resguarda nosotrxs te recomendamos su Leche de Tigre con pescado fresco del día y plátanos fritos, hasta unas irresistible tostadas de atún y para algo más llenador te recomendaos sus Costras de camarón que son una locura.

Unto refleja bastante bien lo que es Cholula (el lugar que los alberga). Este pueblo mágico en los últimos años se ha convertido en tierra fértil de la creatividad culinaria, y entre sus brotes más recientes e innovadores se encuentra un local verde en el que todos los días reinventan las posibilidades de la alta cocina. Aquí encontrarás platillos con ingredientes de excelente calidad y procesos que parecen haber sido llevados a cabo en un laboratorio. Este es un espacio en el que la música juega un papel fundamental para disfrutar de las delicias que probarás pero también para gozar de la compañía entre comensales. 

¿Amante de los ahumados? Bienvenidx al club. Hijos del hambre se suma a la lista de ideas brillantes que son fruto del ocio. Esta es la cocina de una pareja que comprende al sándwich como algo que inicia mucho antes de colocar ingredientes entre dos panes. En su rinconcito ubicado en Cholula —cerca de la 14— encontrarás su sándwich de pulled pork, 120 gramos de sabor envuelto por 2 rebanadas de  pan brioche hecho literalmente en casa acompañado con cebolla morada y ensalada de col.

La barra favorita de muchos. Digging es un bar que vaya que sabe usar su espacio. Te recibe el DJ, luego te topas con una pequeña tienda de merch y el resto es barra. Este lugar es un viaje para todos tus sentidos. Primero están sus excelentes cócteles y su selección de vinos orgánicos; además este es un lugar hecho por y para melómanos en el que siempre encontrarás a alguien mezclando vinilos. Música, tragos y un espacio pequeño son la fórmula que hacen de este el bar al que puedes llegar solo y te garantizamos que saldrás con una buena plática.  

Si andas por el Centro y te da sed de la mala, tienes que entrar a este pequeño bar en donde la cumbia suena dura y las Grosellas son traicioneras. Este lugar se ha convertido en un clásico para celebrar la vida nocturna de las calles más icónicas de nuestra ciudad. Es una excelente parada para inaugurar la noche, aprender a amar el mezcal y aunque el espacio es pequeño, aflojar los pasos de baile. 

Más que un restaurante libanés Baylón sabe a un hogar libanés. Aquí tú dí que sí a todo, porque aunque cada día el menú sea distinto el resultado siempre será el mismo: una explosión de sabores en un bowl que contiene ensalada, arroz y una proteína. Sus postres también son una locura de la que te aseguramos que te vas a enamorar. Cada receta es parte de una herencia familiar y junto con un espacio acogedor logran que sentarse a comer a lado de extraños realmente se viva como sentarse a comer en casa. 

El más nuevo de la lista. Este lugar es un bar dedicado al vino y al tapeo con una atmósfera íntima excelente para inaugurar esas noches interminables pero también por esos planes en que se nos antoja un drink conqueto para una noche o tarde tranquila. Las tapas aquí son la superficie para crear auténticas obras de arte en pequeños bocados así que te recomendamos probar tanto las saladas como las dulces. 

Si ya has visitado Moby Dick no nos dejarás mentir y si no, seguro ya te lo han contado: gran parte del encanto de este lugar es que sea un espacio tan pequeño. Y  no nos mal entiendas, el corazón y movito por el cual este lugar suele estar lleno reside en sus  frescos y deliciosos platillos; pero compartir la barra con algunos desconocidos y comer  frente a un equipo que derrama humor y buena vibra es la experiencia completa