Un plato es, literalmente, un lienzo en blanco, un espacio lleno de posibilidades. En él se crean todo tipo de cosas, toda clase de texturas y conviven cientos de colores. Pero a veces, el plato pasa sus límites e inunda los espacios. Para comenzar a despedirnos de julio, te queremos compartir 5 espacios gastronómicos en donde el blanco predomina, dando pie a la creatividad; un lienzo listo para que en él ocurran miles de momentos, tragos y platillos. 

Crear un buen gelato es todo un arte, uno que vaya que dominan en Biancolatte. Esta pequeña gelatería y cafetería escondida en Sonata utiliza recetas clásicas, productos italianos y mucha creatividad para crear sabores contemporáneos de manera artesanal, dando como resultados sabores tan deliciosos como variados; desde mango, sandía y frutos del bosque hasta Whisky Cream, pistacho y ricotta con higo. 

Entre Orizaba y Colima, en el corazón de la Roma, se levanta una casona de mármol y piedra blanca. Dentro encontrarás a Blanco Colima, un espacio en el que se unen el arte, la mixología y la gastronomía. Si bien podríamos hablar de su bar, o de su salón de arte, son sus 2 cocinas las que nos han llamado la atención: Belafonte, una barra de mariscos y ostras, y Lázaro, un comedor dedicado a la cocina contemporánea cuya carta, gracias a su uso de productos locales y de temporada, está en constante cambio. 

Guadalajara es una de aquellas ciudades en las que es simplemente imposible no enamorarse de su gastronomía. Pero una de sus propuestas más interesantes es Hueso, el segundo restaurante del chef Alfonso Cadena. En este espacio, repleto del piso al techo de huesos (la clave del sabor, según Alfonso), habita una cocina de temporada, enemiga de la monotonía, que utiliza frutas, mariscos frescos locales y carnes rojas de Sonora. 

En La Leche, el primer restaurante de Alfonso Cadena, el blanco abunda. Desde las paredes hasta la losa, las sillas y mesas, todo es blanco; el color está en los alimentos, los tragos y los comensales. En su carta encontrarás una reinterpretación irreverente de la tradición, utilizando productos locales. 

Ubicados en Monterrey, Montacometa es un templo al lado dulce de la gastronomía. Aquí cada galleta, brownie, cheesecake, empanada y crack pie es horneado con pasión, creatividad, un toque de corazón e ingredientes, en su mayoría, de productores regionales; razones más que suficientes para ser una de las reposterías favoritas de Monterrey.