La vida es un Vaivén
Comunidad, comida y medio ambiente.
“Yo sé que no quieres oír ninguna opinión pero yo te voy a dar la mía: tú eres un Vaivén. Has ido y has venido, y eso te ha hecho la mujer que eres, has aprendido cosas, la has cagado en otras, has tenido aciertos, has tenido mucho aprendizaje y eso te ha hecho fuerte”. Amaranta Flores había atravesado un proceso largo. Tras muchos ires y venires había decidido regresar a Puebla para poner un restaurante no sólo a su medida, sino a la de la que ella considera debe ser un gran espacio gastronómico.
Cuando todo parecía haberse alineado, el nombre que había pensado para su lugar estaba tomado y había que surgir con otra cosa, fue justo ahí cuando el despacho que le ayudó a diseñar el espacio llegó con la palabra Vaivén, que a su parecer, reflejaba el constante movimiento de esa idea que estaban desarrollando. Amaranta tuvo que pensarlo mucho. Muchísimo. No quería oír a nadie más que a sí misma. Pero no fue sino hasta que se sentó a comer con su padre que entendió que ese era el concepto definitivo.
Con 29 años, Amaranta Flores ha hecho el restaurante más interesante que tiene Puebla actualmente. Tan sólo basta ver el éxito que este lugar tuvo en nuestra reciente Foodie Week, en la que se convirtió en uno de los restaurantes más visitados. Por supuesto, ese sentido de novedad que atrae a cualquier comensal como miel a las moscas habrá tenido algo que ver, pero lo cierto es que todo el éxito de este espacio está en el alma que hay detrás de él.
Mucho de eso es Amaranta, que es en sí misma una fuerza natural, basta sentarse con ella a tomar una o varias copas de vino para darse cuenta; pero también de la gente que la rodea, del equipo que ha armado, desde la cocina hasta el diseño, para construir Vaivén.
Un ir y venir hacia el futuro
Vaivén y Amaranta son justo lo que un restaurante y una chef del siglo XXI, y más aún de esta época en específico, deben ser: joven y con una propuesta que toma lo mejor de su historia pero con claras miras hacia el futuro; con su cocina abierta y a la vista de todo el mundo; con un huerto propio que busca brindarle al espacio sus propios insumos y que si no los tiene, se apoya de productores locales; con una necesaria conciencia del planeta y el medio ambiente de la que muchos sitios de nuestra ciudad carecen; con una identidad fluida e inclasificable (imposible decir que este espacio pertenece a un tipo de cocina cuando se pregunta) y sobre todo con un sentido de comunidad no sólo para los que asisten a consumir sino para los que ahí trabajan.
Comunidad, futuro y medio ambiente. Conceptos ya esenciales para un restaurante.
“Vaivén no empieza en la cocina, Vaivén empieza en un productor, en un proveedor que tiene cara, nombre y apellido. Vaivén es una familia. Vaivén es una casa. Y sí,Vaivén es una mujer”, nos dijo decisiva Amaranta en la entrevista que tuvimos una semana previa a la Foodie Week, cuando el lugar tenía acaso dos meses de haber abierto sus puertas, en una casona al lado de la avenida Juárez que en años anteriores albergó desde amplias familias hasta incluso, un restaurante de franquicia.
Tan sólo al intercambiar algunas palabras con ella es claro que Amaranta es una mujer decidida, con un ingenio y un carácter que es necesario presenciar. Y que insisto, es mejor acompañar con una copa de vino. Sentándose con ella también es claro que las situaciones que la rodean siempre han hecho que ella vaya y venga, que sea ese Vaivén que acabó por definirla.