Antes la hacienda, hoy la metrópoli. Centros comerciales, restaurantes, pista de hielo, casino y uno que otro coche imprudente del cual cuidarse al cruzar la calle.

El lugar perfecto para reunirte con un viejo amigo o colega. No tan adentrado en Puebla, ni cercano a las faldas del Popocatépetl. El punto estratégico de una ciudad cada día más impredecible. Hogar de emprendedores, cuna de coquetos cafés para pasar la tarde y la perdición de los amantes del boliche. En la vereda del magnánimo Atoyac y cerca de La Paz, la Atlixcáyotl, Angelópolis, Las Ánimas… y de casi toda la ciudad.

Gran parte de las memorias de un poblano transcurren en La Noria, que vive en nuestros corazones, en la experiencia del cine, la comida, las compras, el hospedaje, la fiesta, la diversión y la certeza de que nunca, por motivo alguno, se nos olvidará la ex-hacienda, la que jamás negará sus vivencias a los aventureros.

25 años siendo tradicionalmente contemporáneos.

¿Qué son 25 años? Para muchos una vida, para otros, un cuarto de siglo en el que sin duda se pueden hacer (y en este caso particular se han hecho) muchas cosas. Para Puebla en específico, es el tiempo necesario para tener a uno de sus mejores restaurantes: La Noria.

No sólo el espacio físico se sirve de aquel lema, también su carta: platillos de lo mejor y más representativo de la gastronomía poblana hechos con ingredientes de la región, que parten de las recetas clásicas, pero con un toque muy propio. El resultado es un sabor que no encontrarás en ningún otro espacio de la ciudad (si acaso, en su restaurante hermano: Restauro), gracias al trabajo del chef Fernando Barrales, quien se ha encargado de ser parte del diseño de esta experiencia desde sus inicios.

En Puebla existen muchos lugares para comer un buen mole o un buen pipián, pero ninguno como La Noria. Ya ni hablamos de otros clásicos como sus chalupas, sus huazontles, sus enchiladas o en estas fechas, su Chile en Nogada.

La Noria es mucho más que un restaurante: es una experiencia. Y no lo decimos a la ligera: aquí el tiempo se detiene y todos tus sentidos disfrutan a través del arte, la arquitectura, la naturaleza y por supuesto, la gastronomía.

Date una oportunidad, disfruta de verdadera comida mexicana.

11 años de arte.

Quien conozca la obra de José Lazcarro Toquero (Puebla, 1941) sabrá que a lo largo de 5 décadas este artista le ha dado forma, no sólo al arte contemporáneo mismo, sino a la ciudad. Y quien tenga aún la mayor fortuna de conocer al Profe, sabrá que este hombre de risa sencilla y contagiosa busca transmitir el arte a como dé lugar. Una de las muestras más claras de ello está aquí, en su Galería; sin duda la más exitosa de su tipo en Puebla.

Por este espacio de exhibición y venta ha pasado la obra de artistas nacionales e internacionales, consolidados y jóvenes propuestas, todos con un mismo objetivo: recordarnos que el arte es una necesidad básica del ser humano.

Si aún no lo conoces, descubre uno de los lugares que más vida le dan a La Noria (y a Integrarte, el sitio que los alberga); y si ya has sido parte de este diálogo, vuelve a unirte a la conversación.

Cocina de familia para sentirse como en casa.

Cuando de comer se trata no hay nada como sentirse en casa. Los olores, la sensación de cercanía, los sonidos y claro, los sabores. Rufina tiene todo lo necesario para llevarte a ese punto.

Su cocina de familia lleva a otro nivel aquellos platillos cotidianos que nos reconfortan y que hacen de un momento algo inolvidable. Quién no quiere unos hot cakes como los que hacía mamá; una torta de chilaquiles o unas chalupas de las buenas. Y qué decir de un brownie con helado de la tía para endulzar el día.

No necesitas de una máquina del tiempo para viajar a los mejores momentos de tu vida, basta con venir a Rufina, tomar tu lugar en la mesa y disfrutar. Porque aquí todos somos familia.

Sé parte de esta historia.

Una trama es un conjunto de elementos que se entrelazan hasta formar algo: desde una tela hasta una novela o una historia. Y justo esto último es lo que buscan en Trama, donde crearon un punto de encuentro en el que puedes compartir y entrelazar gustos, ideas y pasiones.

Lo anterior lo logran a través de la diversidad de espacios que los compone: por un lado está el restaurante-bar, donde ya sea en la terraza o el salón podrás compartir platillos únicos. ¿Qué tal una malteada de mazapán con mezcal? ¿O para el desayuno unos huevos estrellados sobre tortilla frita, bañados en salsa de tres chiles y con trocitos de tocino? ¿Para comer una hamburguesa de cuatro quesos con pan de la casa? Éstos son los platillos Trama y tan sólo algunos de los que encontrarás en su amplio menú, diseñado para que también le hagas honor al nombre del lugar y generes tus propias propuestas.

Pero eso es tan sólo un lado de Trama. Gracias a su foro hallarás entretenimiento, diversión y sobre todo, un lugar para la reflexión colectiva. Desde conciertos hasta stand up, desde debates hasta noches de poesía, en Trama siempre habrá algo para ti.

Arte en cada platillo.

Un artista requiere de un taller para poder experimentar con los materiales y conceptos que hagan de su obra algo único, algo que perdure en los demás. Consciente de ello, el chef Fernando Zárate decidió darle a la comida el lugar que se me- rece y crear un lugar en el que cada platillo fuera una obra de arte. El resultado es Atelier Zárate, donde la cocina de recaudo es elevada a una experiencia que comienza en el paladar y se queda en la memoria.

De esta galería en la que se exponen obras de arte culinarias destacaríamos su Lechón, una particular versión crujiente del cochinillo horneado acompañado de salsa cazadora; el Con t de Pato, en el que los muslos de esta ave son servidos crujientes con salsa de uvas y puré de castañas; las chalupas, también de pato y para cerrar un helado de macarrón. Aunque en realidad, cualquier platillo que elijas del menú será siempre la decisión correcta, ya que todos son preparados con ingredientes frescos y locales, con el cuidado que sólo un artista pone en sus creaciones.

Aquí no serás un comensal más, sino un invitado a esta experiencia digna de colección. Conócelos y convierte lo ordinario en algo extraordinario.

Estas son nuestras recomendaciones para vivir este barrio tan lleno de historias y recuerdos, de lugares viejos y nuevos.