I May Destroy You

La conversación que tenemos pendiente

I May Destroy You

El pasado 4 de febrero se anunciaron las nominaciones a los Globos de Oro. Los que inauguran la denominada temporada de premios venían cargados de una curiosidad particular, pues serán la primera gran premiación en los tiempos de la COVID-19 y la que se dará tras uno de los periodos más convulsos en la historia de Estados Unidos, particularmente con las tensiones raciales y sociales que explotaron en mayo pasado en este país.

La lista de nominados incluía muchos de los nombres que se esperaban (Gillian Anderson y su enorme Margaret Thatcher no podían pasar desapercibidas), e incluso una mayoría femenina jamás vista en la categoría de Mejor Director. Pero además de nominaciones innecesarias o algunas directamente insultantes (como la de James Corden por Prom o Emily in Paris, de la que incluso una de sus escritoras dijo que era injusta la nominación) se sumó una omisión imperdonable: I May Destroy You.

Las premiaciones de esta índole se muestran cada vez más caducas, pero de momento, siguen siendo un reflejo de la cultura reconociéndose a sí misma, evaluándose, identificándose, siendo uno de los muchos símbolos de nuestra época.

¿Y cuál es otro símbolo de nuestra época, uno incluso más grande y realista? I May Destroy You. De ahí que moleste tanto su omisión, un acto que al mismo tiempo es otro reflejo de nuestros tiempos.

Esta serie de televisión británica creada, escrita, producida, co-dirigida y protagonizada por Michaela Coel, cuenta la historia de Arabella Essiedu, una joven escritora que tiene que reconstruir su vida tras ser víctima de abuso sexual.

A lo largo de 12 capítulos, Coel muestra con una claridad apabullante las líneas en extremo delgadas del consenso, la sexualidad, la raza y en esencia, la complejidad de las relaciones humanas.

Los personajes de Coel habitan un Londres retratado con una fotografía impecable y a través de ellos, la creadora muestra de frente y sin miramientos situaciones duras y lamentablemente comunes, pero también, aquellas que consideramos cotidianas o que aceptamos tácitamente y que precisamente por esconderlas o no mostrarlas, se vuelven peligrosas, al grado de que corremos el riesgo de que nos destruyan.

Si bien el caso de Arabella es el más explícito, sus dos mejores amigos, Terry y Kwame (Weruche Opia y Paapa Essieu), vivirán situaciones que de igual forma muestran falta de consenso en diferentes medidas. Un par de los muchos ejemplos que ofrece la serie son cuando una mujer blanca intenta (en un momento dolorosamente cómico) tocar el cabello rizado de Terry sin su aprobación (simplemente porque le parece algo curioso) o una secuencia enervante y escrita magistralmente en la que un encuentro sexual consensuado entre Kwame y un desconocido con el que acordó una cita por Grindr acaba convirtiéndose en abuso.

La serie muestra muy efectivamente cómo hacemos pasar por comunes o inofensivas estas situaciones, cuando de forma explícita o implícita, nos hacen daño. De hecho, I May Destroy You es básicamente un catálogo completo, doloroso, pero también cómico de la falta de consenso y comunicación.

La raza y la identidad son también esenciales para comprender la importancia de esta serie. Con un elenco mayoritariamente negro y de ascendencia africana, Coel pone como protagonista a su comunidad, una que ha estado relegada durante décadas a papeles secundarios o inexistentes.

Y en estos entrecruces están los personajes de Coel, profundamente complejos y con una infinidad de matices que hacen inevitable sentirlos como reales. La protagonista es el mejor ejemplo: Arabella está quebrada tras vivir un abuso del que tiene memorias vagas y que tendrá que ir reconstruyendo dolorosamente a lo largo 12 capítulos. Pero por otro lado, la joven escritora que se vuelve celebridad tras la publicación de su primer libro, Chronicles of a Fed-Up Millennial, es en ocasiones incapaz de empatizar con los amigos que han estado al lado de ella durante todo su proceso (e incluso que han vivido situaciones similares), en parte por el dolor que carga y en parte también por la fama repentina y la voracidad de las redes sociales.

Los personajes de Coel enfrentan el día a día malabareando sus heridas, su dolor, con una sexualidad abierta y libre, con el profundo cariño que sienten por el otro, con libertad y con una buena dosis de comedia, que aparece en los momentos más inesperados y necesarios de la serie, sin restar nunca importancia a los temas que aborda; volviéndolos en todo caso más reales.

Al igual que muchas creadoras de su generación, Michaela Coel desarrolla mucho de su trabajo a partir de las experiencias personales. Coel comenzó a hacerse de un nombre en el entretenimiento británico a mediados de la década pasada con la serie Chewing Gum, basada en una obra teatral suya, y fue por estos años que fue víctima de abuso sexual. Es de esta experiencia que surge I May Destroy You.

El grado de detalle con el que la creadora decide iniciar la conversación es sorprendente: desde los diálogos, hasta las actuaciones evidentemente, pero incluso en la selección musical o la elección de vestuario de los personajes. Sin embargo, la mayor cualidad de Coel en su trabajo y particularmente con esta serie es la honestidad. La forma abierta y sin tapujos con que decide mostrar cómo dejamos pasar un sinfín de conductas cotidianas que pueden destruirnos. Con I May Destroy You, Michaela Coel puso en el medio más efectivo de nuestra época para transmitir información temas de los que es esencial hablar.

Por eso, por insignificante que pudiera parecer su omisión en los Globos de Oro, no lo es. Ya que como Coel misma demostró, no hay males insignificantes y si queremos un cambio, es necesario hacer del problema parte de la conversación. De lo contrario y si lo dejamos seguir, podría destruirnos.

I May Detroy You está disponible en HBO y HBO Go.

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