Gracias brujas por la cerveza

Sin brujas, no hay chela

Gracias brujas por la cerveza

Por Alejandra López

Mujeres y cerveza, dos palabras que equivocadamente para muchos son opuestas. Y es que en pleno 2021, bastantes personas siguen creyendo que la cerveza es algo “de hombres”. Ya sea por esta idea retrógrada de que las mujeres no tomamos cerveza o simplemente por ignorar el hecho de que sin las mujeres, la cerveza no existiría. 

Así es, gracias a nosotras es que esta bebida que nos acompaña tanto en picnics como en fiestas, que nos llena de sabores y hace que por momentos el mundo pare, exista. Así que empecemos a agradecer a las mujeres que vivían en los territorios de Sumeria (hoy Irán), que desde el año 2,000 a.C. se pasaron la receta de madres a hijas.

Según varias investigaciones, sobre todo de la historiadora inglesa y sommelier Jane Peyton, este es el primer registro que se tiene de mujeres haciendo cerveza. Y aunque esta tarea fue delegada a las mujeres por los ya conocidísimos roles de género (era un trabajo doméstico), les dio un gran poder e incluso en algunas culturas les dio el título de sacerdotisas.

Este es el caso de la sociedad vikinga, en donde las mujeres producían cerveza con ingredientes “alternativos” como enebro, cornezuelo (un alucinógeno), beleño y cicuta. En Egipto por otra parte, tenían áreas especiales en donde las mujeres producían esta bebida con supervisión de la “señora de la casa”. Además, la exportaron a Roma, Palestina e India.

Cabe recalcar que aunque los ingredientes o procesos de elaboración pudieran variar de una cultura a otra, algo sí tenían en común, las mujeres tenían el control absoluto de la producción. Tanto así, que las mujeres cerveceras ayudaron a crear la imagen de las brujas que tenemos hoy en día.

En la Edad Media, estas mujeres usaban sombreros puntiagudos para distinguirse cuando salían a vender al mercado, colgaban una escoba en la puerta de su casa o local para avisar que tenían cerveza, preparaban la bebida en un caldero y tenían gatos para combatir los ratones, principales depredadores de los granos.

Ya sé, ahora muchas cosas tienen sentido, pero ¿cómo pasaron las brujas de ser cerveceras a ser las antagonistas en todos los cuentos? Fácil, la Iglesia. Esta institución encontraba amenazante que estas mujeres poseyeran no solo el control de la cerveza, si no de muchos otros saberes, por lo que las satanizaron, persiguieron y crearon toda esta narrativa negativa que conocemos alrededor de ellas.

Haciéndole fast fowrad al día de hoy, es claro que el papel de la mujeres en el mundo de la cerveza ha cambiado un montón. Según un estudio realizado en 2017 por la Asociación de Cerveceros Artesanales de México (ACERMEX), solo el 23% de la participación en el movimiento cervecero es de mujeres. Claramente esto es muy triste, pasamos de ser las productoras absolutas a ni siquiera ser consideradas consumidoras.

Por suerte, no todo está perdido. Desde 2019 por ejemplo, existe una red de mujeres mexicanas llamada Adelitas, Cerveceras Con Templete, las cuales buscan visibilizar a las mujeres en esta industria e impulsarlas a seguir creando y compartiendo sus saberes. Madrina, Brugga y Cuatro Palos son algunos proyectos que forman parte de esta red y si eres amante de la cerveza tienes que conocer.

Ahora, cada vez que te tomes una chela, espero que recuerdes a todas esas mujeres que hicieron posible que ese elixir esté en tu mano.

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