Desayuno en Ágape
La cultura del placer 6
Dicen que el desayuno es la comida más importante del día. Y he de decir que estoy de acuerdo con ello. Parcialmente. A mi parecer, todas las comidas del día son importantes; sin embargo, el desayuno sí que es la comida más esencial para empezar el día.
Debe ser conciso; abundante y sobre todo debe hacernos bien, mucho bien, porque con él enfrentaremos el día. Y así éste resulte bueno o malo, siempre será mejor darle la cara con el estómago lleno de algo placentero.
Los fines de semana el desayuno resulta especialmente delicioso, ya que se puede extender cuanto lo deseemos o puede darse lo más tarde que queramos. Y para esto ya tenemos muchos lugares de confianza, pero, recientemente me reencontré con un viejo amor, uno que había probado una vez y que en su momento resultó en un enamoramiento instantáneo y sincero: Ágape.
Ágape es el término que se usa para referirse al amor incondicional, a la máxima muestra que pueda darse de éste, a ese que no tiene barreras y que suele venir acompañado de maravilla y sorpresa.
En el caso de este restaurante con apenas 6 meses de vida que conocimos primero en Casa Besign 2019, ha sido un auténtico placer redescubrirlo. Al frente de él se encuentra la chef Osiris Orozco, quien con 23 años presenta una propuesta que no podría ir más acorde con el nombre que eligió: honesta y con un cariño incondicional hacia la comida y lo que hace.
Esta semana, Blanca –la otra fuerza con la que llevamos Guía oca– me acompañó a probar un desayuno tardío y largo, (un brunch, pues) en el que nos recibieron con un café y unas conchas de pinole, que sin duda le dan un giro interesante al pan dulce de toda la vida. Le prosiguió un un bowl del día, en el que un topping de cereales tostados se mezclaba con una emulsión de jamaica. Un placer absoluto para los sentidos.