Continente Rojo

El trayecto inicia con las vistas de un cielo majestuoso lleno de nubes, como aquellos que fotografió Gabriel Figueroa durante la época de oro del cine mexicano; bajo ese cielo caminan varias personas por un paisaje rocoso. Continúa con la llegada a un pueblo donde la gente se reúne para danzar con vestimentas coloridas. A lo lejos se escuchan voces, cánticos y música que parecen provenir de un pasado ancestral. Para arribar a ellos hay que atravesar un fuego místico y así nos encontramos con los rituales que guardan saberes aprendidos de una convivencia íntima con la naturaleza.

La experiencia descrita suena a un viaje iniciático que muchas culturas de México realizan en ceremonias de curación y esa experiencia se puede experimentar en Continente Rojo, una videoinstalación que interactúa con un paseo sonoro dentro del Museo Amparo. Esta pieza es el resultado de largos períodos de investigación etnográfica y de intercambio cultural entre Sylvie Marchand, su colectivo artístico llamado Gigacircus y habitantes de Norogachi, una comunidad ubicada en la Sierra Tarahumara dentro del municipio de Guachochi, Chihuahua.

La relación del colectivo francés y los rarámuris empezó hace diez años con una idea basada en el encuentro entre culturas y la visita que el poeta Antonin Artaud realizó a este pueblo en los años 30. La gente de la sierra aún recuerda la visita del poeta aunque desconozca sus escritos, por eso los artistas decidieron hacer lecturas de su poesía en compañía de Erasmo Palma, un escritor rarámuri que fue clave en la construcción del concepto de Continente Rojo. Las voces de Artaud y Palma están incluidas en la pieza a través de la aplicación Locosonic para el teléfono móvil. Es importante descargarla antes de entrar a la sala de exhibición.

Dentro de la videoinstalación te podrás encontrar con imágenes de las ceremonias de la temporada de Semana Santa, las danzas del matachín, los sacrificios del rito Yúmari, las curaciones del Tutuguri y del peyote, y momentos de la vida cotidiana de la comunidad. Es una experiencia que el colectivo Gigacircus ha preparado para acercarte a las raíces rituales del arte y a la dimensión espiritual de una de las grandes culturas de México.