Casa Peninsular. Una probadita del sur

El restaurante de comida afroyucateca que llegó a Cholula

Casa Peninsular. Una probadita del sur

Hay un millón de preguntas sin respuesta. Pero un misterio casi imposible de resolver es en qué estado de México se encuentra la mejor gastronomía. Cada quien tiene sus favoritos. Todos válidos. Pero si hay un estado que se repite una y otra vez, ese es Yucatán. Ahí, cerquita del caribe, las cocinas son responsables de puros manjares. Para entender el éxito de sus platillos es importante echar un vistazo al pasado, a las raíces afro que se mezclaron con las mayas. Y para disfrutar su sabor solo tienes que ir a San Andrés Cholula, en Prolongación 4 Oriente, encontrar una casa blanca, muy al estilo de la capital yucateca y pedir una mesa. 

Aquella casona colonial, que pertenece más a la calles de Mérida que a las de Cholula, es Casa Peninsular, un hogar que siempre tiene las puertas abiertas para mostrarle a los comensales todo el sabor del sur y darles una probadita de la cocina afroyucateca, esa que ha enamorado a tanta gente, pero también, ese cariño que caracteriza tanto a los yucatecos como a su gastronomía.

Desde la entrada ya sabes que éste es un portal al sur. A la península. Dentro te recibe una cocina abierta, lugar en donde Marlene Herrera se encarga de cocinar, sazonar y presentar el festín que estás a punto de probar. Marlene, la chef de este proyecto, se ha dedicado a la cocina tradicional yucateca por 40 años, así que en mejores manos no puedes estar.

Casa Peninsular abrió sus puertas recientemente, pero este lugar, así como los buenos guisos, comenzó a cocinarse mucho antes, cuando Marlene y su equipo decidieron compartir con Cholula un poco de su península. Los recuerdos nunca han sido simples: se conforman de sabores, aromas, espacios, texturas y hasta sonidos.  

La idea detrás de Casa Peninsular fue reinterpretar una casona típica del sur. “Hay una alacena en donde hay productos que consumiría un yucateco común”. Las recamaras son conceptualizadas a través de gabinetes con lámparas que toman el lugar de hamacas. El patio central aquí es una isla llena de vegetación que se ubica casi en el centro del restaurante. La cual, por cierto, cuenta con bocinas que reproducen cantos de pájaros.

Entre las paredes altas de ladrillo que resguardan los interiores hay, en lo alto, una palabra escrita en grande: Pelaná. “La historia cuenta que la familia Mingüer, adquirió una hacienda henequenera. La marca de henequén se llama Pelaná. En una de esas 99 bodegas de la hacienda, mi bisabuelo le dijo a su papá que le dejara una de ellas. […] y le pidió a su arquitecta que le hiciera su casa colonial en esa bodega como casco principal, por eso (Casa Peninsular) tiene esta dualidad de casco de bodega pero la fachada de una casa colonial”. 

Para comer bien hay que venir al sur

La cocina de la península de Yucatán tiene 2 pilares. “Una tendencia moderna yucateca y una tendencia vieja africana. Si analizas las cocinas de Campeche, de Yucatán, de la península, resulta que todo converge en lo mismo; arroz, frijol, puerco y plátano”. Básicos que en esta Casa brillan.  

Sin pretensiones, Casa Peninsular es un restaurante cuyo  objetivo no es encontrar el hilo negro de la gastronomía sureña, sino meramente consentir. Que el comensal salga con ganas de volver una y otra vez. Y es que la cocina de Marlene es cálida, reconfortante, y además, versátil. 

A todas horas hay de dónde escoger. Visítalos de mañana, un sábado o domingo, y te encontrarás con un desayuno vasto en cantidades y mínimo en precios. Por $99 podrás disfrutar un desayuno continental completo, con huevos, chilaquiles, jugo y café ilimitado, todo a escoger, que por cierto, opciones sobran. Los chilaquiles pueden ser rojos o verdes y montados con lechón o cochinita, ambos una cosa bárbara. Y los huevos pueden ser, desde revueltos hasta Motuleños o con longaniza. 

En las tardes, de jueves a sábado, la cocina se abre para deleitar con lo mejor de Yucatán. Guisos por pieza, como cochinita, lechón y relleno negro, entre otros, servidos en tacos, tortas, salbut o panuchos; Antojitos como las bolitas de papa, rellenas de picadillo con aceitunas y pasa, o los Kibis, tortillas fritas de masa de trigo, hierbabuena y carne molida; y De la Abuela, platos para que el estómago se ponga contento, como Frijol con puerco y Trapo viejo, un plato de deshebrada de puerco sazonada con tomate y cebolla, acompañado de arroz, frijol en grano y plátanos fritos.

Y finalmente, la joya de la corona. Poquito antes del anochecer, a las 6 de la tarde, la cocina se dedica completamente a los tacos de pastor negro. Este exquisito invento del sur es creado a partir de achiote tatemado, habanero, chiles y ciertas especies de color negro. “Lo que nosotros utilizamos es una pasta que se llama chilmole, que se usa para hacer un plato típico yucateco llamado relleno negro”, explica Carlos. 

Pero el chilmole no lo es todo, el secreto del sabor de estos taquitos está en su preparación, inspirada por otro platillo yucateco llamado Poc Chuc, una milanesa de puerco bañada en manteca con sal de mar. “Lo que hace la manteca es escurrir y avienta un fuego exagerado, dora en color rojo a esa milanesa ya salada […]. Le dije a mi mamá, que el pastor negro sea con el chilmole, lo armamos. […] El efecto de la manteca lo hacemos en una taza con ajo y sal; el pastor, al darle vuelta, le ponemos esa manteca con sal con el fuego máximo y queda rojiza, pero las camitas salen negras. La tortilla con manteca, crema de ajo, cebolla morada y estás del otro lado.” Un agasajo en toda la extensión de la palabra.

Y ya hablando de los placeres de la noche, los tragos son imprescindibles en las visitas. La barra a cargo de  Alejandro de Saint Germain es una maravilla, con clásicos como mojitos, margaritas, gins y hasta martinis; pasando por destilados y licores, hasta los tragos de la casa, los Peninsular, como el San Sebastián, con Xtabentun, limón, toronja, licor de chile y de achiote y refresco de toronja; y nuestra recomendación, La Cuba Perfecta, el exacto toque de Coca Cola, Bacardí y limón. Todo en la perfecta proporción y servido en un vaso especialmente hecho para ella.

De día o noche, para empezar o terminar el fin de semana, Casa Peninsular siempre tendrá algo para ti, algo que te saque una sonrisa y que te haga pasar un buen rato. En el sur la vida pasa más lento, parece que siempre es verano. Algo similar ocurre aquí. El bochorno de Mérida, el olor a tierra mojada, la comida afroyucateca y los tragos fríos. Casa Peninsular no es un restaurante, es un portal a Yucatán.  

Horarios: 
Desayuno: 
Sábado y domingo: de 09:00 a 13:00 h.

Comida Afroyucateca:
Jueves a domingo: de 13:00 a 18:00 h.

Barra Social Afrobeat/ Tacos de pastor negro
Jueves a sábado: de 18:00 a 00:00 h.

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