Tal vez creas que es inofensivo, pero un “lo de siempre” es el peor enemigo de la aventura. Sobre todo si hablamos de la mesa. Y aunque ya estés casado con aquel platillo favorito, un buen menú siempre nos tendrá sorpresas…si sabemos buscar bien, por supuesto.
En esta ocasión hablaremos de la carta escondida de Ocho30 (un lugar tan exquisito como sencillo, de cocina honesta y sentido casero). Así que si eres un aventurero culinario, aquí están las joyas escondidas que hemos encontrado:

¿Qué tal si empezamos con las ensaladas? En Ocho30 encontrarás una delicia, y nueva obsesión de muchos en su carta: Poke Bowl, cuyo origen reside en las paradisíacas islas de Hawaii, gracias a la necesidad de los pescadores de comer algo rápido y fácil mientras trabajaban. Si pides un Poke te encontrarás con una combinación de atún marinado, arroz, aguacate, pepino, zanahoria, cebollita cambray y ajonjolí con una mezcla, más que acertada, de aderezo de soya y mayonesa de sriracha.

Hay vida más allá de La Chingona. Un claro ejemplo es la Coco Coco, una ensalada que balancea a la perfección lo sano y lo rico: lechugas, arúgula, jitomate uva, queso de cabra, queso mozzarella, pepino europeo, tocino y aderezo de vinagre de vino tinto hacen a ésta ensalada tu posible nueva favorita.

De China con amor. Los rollitos primavera se comen tradicionalmente durante el Festival de Primavera, ahí el origen de su nombre; una maravilla enorme es que en Ocho30 los puedes disfrutar cuando se te antoje. Un platillo a la medida para los que prefieren dejar la carne de lado ya que están rellenos de vegetales y servidos con arroz.

Un clásico del recetario alemán con el sazón casero de Ocho30. La Salchica Shubling es suave, esponjosa, de sabor delicado y un excelente pretexto para pedir una chela (entre más fría, mejor). Además este platillo viene con papas, col agria con zanahoria y tocino, justo para compartir con amigos, o solo, aquí no juzgamos.

Tal vez no lo sepas pero en la sucursal de Solesta podrás encontrar, además de pizzas, piadinas y otros clásicos del Ocho30, una carta de desayunos imperdible. Ahora, si ya conoces sus desayunos pero no sales de los clásicos huevos, puedes optar por unos pancakes integrales con té verde y para rematar mermelada casera de frutos rojos.

Para terminar como se debe, hablemos del Cobbler de frutos rojos, el cual se convirtió en un plato muy popular en la Segunda Guerra mundial por el racionamiento de insumos, ya que no era fácil encontrar los ingredientes para hacer tartas. Así que guarda un huequito para este manjar de panqué, frutos rojos y helado y cierra con broche de oro.

Bien dicen las abuelas, “el mundo es para los vivos”, para los que se atreven a probar cosas nuevas. Sal de la rutina, de tu zona de confort y deleita a tu paladar con nuevos y deliciosos sabores.

¿Cuáles son los tesoros ocultos que tú has encontrado en la carta del Ocho30?