¡Bomba! Hay una hojaldra de cochinita pibil y está en Casa Peninsular
El pan de muerto a la yucateca que tienes que probar.
Aceptémoslo, la mejor sopa, el mejor mole y la mejor lasaña siempre será la que se cocina en casa de los abuelos. No porque en otros lugares no tengan sazón o porque no puedan ser deliciosos, es más bien debido a ese sabor tan rico y familiar que solo puede venir de años y años de mezclar, quitar y poner ingredientes, de apropiarse tanto de la receta que prácticamente se crea una nueva e irrepetible.
Algo así sucedió en casa de Marlene Herrera, chef de Casa Peninsular, aunque en su caso lo que surgió fue un platillo nuevo que rompe con lo convencional, uno que junta dos elementos culinarios que muy pocas veces vamos a encontrar en la misma oración: cochinita pibil y pan de muerto. “El platillo como tal no es algo típico de Mérida o de ningún lugar, es una tradición de mi familia, la familia Herrera, que hemos hecho desde que tengo uso de razón. Parte de mi familia se dedica a la panadería, entonces, un día en el que no había tortas, a alguien se le ocurrió usar pan de muerto (que es lo que había). Como es un pan brioche, no sonaba mal la idea” nos contó Marlene.
Ahora, después de 40 años de este suceso, sabemos que no solo no era mala idea, sino que iba a dar como resultado una combinación tanto única como deliciosa que sin duda tenían que compartir con los poblanos en el lugar más yuca de Cholula: Casa Peninsular.
Desde hace unos meses, este portal al sur, ubicado en una casona blanca muy al estilo de las de Mérida, resguarda lo mejor de la gastronomía yucateca, donde de jueves a domingo nos deleita con un montón de delicias como panuchos, lechón, desayunos y durante esta temporada, con su Pan de Muerto relleno de Cochinita Pibil.
Si todavía no estás completamente convencidx de esta combinación, déjanos explicarte cómo la preparan. Primero se dora el pan un poquito para que la mantequilla empiece a hacer su magia; se le embarra el frijol negro en pasta, el cual se deja secar lo más posible para que tenga una consistencia y un sabor muy concentrado; finalmente se le pone cochinita. Se corona con cebolla morada encima y ¡Listo! Una joya yucateca que no vas a encontrar en ningún otro lugar.