Pareciera que vienen juntos: el frío, el chocolate caliente y las hojaldras. Hay muchas leyendas alrededor del “pan de muerto”. Sabemos que se trata de la época prehispánica, y que eran ofrecidos a los Dioses en sacrificio, unos dicen que se bañaban con la sangre de una doncella que se ofrecía; otros que era un corazón latente al que le agregaban ajonjolí; incluso, que eran panecillos que se bañaban en la sangre de los enemigos y después de horneaban para ofrendarse.

La verdad es que no sabemos cuál es la original, lo que sí te podemos decir es que no podemos resistirnos a una (o dos) hojaldras cuando mientras octubre llega a su fin y se acerca noviembre. Hay de todo y para todos, nos dimos a la tarea de buscar las mejores y las que se acomoden a todos los gustos.

Todas las delicias salidas de su horno están libres de azúcar, y como ellos dicen “hechas con amor”. Seguro que te quedas con ganas de más, y lo mejor es que puedes.

Aquí creen que las hojaldras no pueden ser sin un chocolate caliente, y es que ¿quién le dice no a este clásico combo? Cubierta de ajonjolí o de azúcar, no importa cuál elijas.

Tenemos poco que decir de Hackl: es pan de verdad, hecho con cariño y dedicación. Especialistas en lo que hacen, no dejaron pasar la oportunidad de sorprendernos, una vez más, con el pan de muerto.

En Petite Julieta piensan en todos, por lo que aquí las hojaldras son veganas, y nos atrevemos a decir que de las mejores que hemos probado.

En Recaudo el pan siempre es buenísimo, y las hojaldras no son la excepción. Se caracterizan por los sabores y recetas de temporada, y sin duda el pan de muerto le viene bien al otoño, y los colores de octubre y noviembre.

La hojaldra de Punto Fijo viene rellena de carne, ¡sí, carne! ¿Alguna vez te imaginaste una hamburguesa de pan de muerto? No importa cuál sea tu respuesta, tienes que ir a probarla.

Aquí se toman muy en serio eso del “pan de muerto”: tienen un panqué en forma de calaca cubierto de azúcar glas, al que no nos pudimos resistir y seguro que tú tampoco.