Amorcito Corazón: Sushi con alma poblana

De Japón y Puebla para el mundo

Amorcito Corazón: Sushi con alma poblana

Las recetas, al final del día, son una serie de reglas. Un extenso “lo que se debe de hacer” para tener en tu plato el resultado deseado. Pero para ser francos, la vida sería bastante monótona si siguiéramos todo al pie de la letra. Las reglas se hicieron para romperse, y con la cantidad adecuada de sazón y creatividad, el resultado puede ser exquisito.

Este, precisamente, es el caso de Amorcito Corazón, un espacio que decidió romper las reglas y reescribir los recetarios para mezclar la cocina japonesa occidental con toda la sabrosura de la cultura gastronómica del país. El fruto de ese desborde de creatividad fue un restaurante de cocina japonesa con alma poblana, de sabores interesantes y platillos que tu paladar en pocos lugares se podría encontrar.

“Estamos adaptando y fusionando la cocina que ya se conocía como oriental occidental con la gastronomía mexicana. La gente luego llega y nos pregunta ‘¿vendes cochinita?’ y le decimos que sí, pero hecho en sushi”. Fernando Arcos es el creador de este concepto y actual administrador de las sucursales; y si bien no es chef de profesión, sí lo es de corazón. Toda su vida se vio rodeado de sabores y afectos que terminaron por orillarlo al mundo del buen comer.

“Yo viví y crecí dentro de la convivencia de una familia apasionada por la cocina mexicana. Recuerdo que mi abuela y mi madre preparaban los mejores banquetes en esas reuniones familiares, y cuando yo conocí el sushi dije: por qué no fusionamos esto que en nuestra familia es tradición y nos encanta.”

Las ideas llovían, las estufas trabajaban y todo terminó por concretarse en 2014, cuando en septiembre, Amorcito Corazón abrió sus puertas para presentar una cocina oriental altamente influenciada por los sabores de México, aquellos que inevitablemente evocan sentimientos y memorias. ”A los mexicanos nos gustan los sabores de sazón, los sabores que te recuerdan a algo.”

Y vaya que gustaron. Tras mudarse, de Teziutlán Sur a Necaxa en La Paz, llegaron a Cholula y más tarde a Lomas de Angelópolis. El año pasado, este sushi con alma poblana logró brincar hasta el otro lado del país para instalar una sucursal en Playa del Carmen. Y por suerte para muchos paladares, hay planes para conquistar otras ciudades de México.

“La gente empezó a buscarnos para poder ir a otros lugares. Teníamos el temor de perder la identidad de lo que hemos hecho a lo largo del tiempo. Pero ahora creo que es la naturaleza del negocio, y no la podemos detener”.

La esencia de Amorcito Corazón quedó intacta al viajar a otras ciudades ¿Su secreto? En todo momento se mantuvieron fieles a sí mismos. Siempre buscando ser auténticos, “ese ser original, el tratar de innovar es lo que la gente busca”. Como bien dice Fernando: “No descubirmos el hilo negro; el tema de la comida japonesa ya estaba, lo que hicimos fue hacer algo diferente a lo que la gente ya conocía”.

Para muestra, algunas de nuestras recomendaciones: el Chorizo Roll, un rollo relleno de arrachera, aguacate y chipotle gratinado con queso manchego y chorizo; el Guacamolito con arrachera, queso crema y chiles toreados, cubierto de guacamole artesanal; o el Sushi al pastor, relleno de aguacate, piña caramelizada y queso gouda gratinado y acompañado con carne al pastor, cebolla y cilantro. Estas combinaciones, si acaso impensables, exigen abandonar cualquier forma de purismo en la puerta y dejarse llevar por el sabor.

En la historia gastronómica de Puebla son pocos los restaurantes que han logrado sobrevivir al paso del tiempo, pero aquellos que además consiguen crecer e incluso llegar a otras ciudades del país, manteniéndose fieles a sí mismo, éstos pueden contarse con una mano. Amorcito Corazón es uno de ellos y su futuro es bastante prometedor. Romper la monotonía no es fácil, pero con Amorcito Corazón, créenos, es un placer.

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