La reinterpretación de la comida mexicana es algo truculento. Por un lado implica mucha creatividad, ya que darle un giro novedoso a un platillo que hemos conocido de toda la vida es en lo absoluto fácil. Pero también, es necesario un respeto muy específico por determinados elementos de estas recetas.

Nelhua encuentra justo ese balance. El trabajo que el chef Miguel Ugarte hace aquí tiene un profundo amor, no sólo por la comida mexicana, sino por sus ingredientes. De hecho, esa es la principal razón de ser de este espacio, cuyo nombre precisamente viene de la palabra náhuatl “Nelhuayotl” que significa raíz y en este caso, hace referencia justo a todos esos ingredientes que son parte esencial de nuestra identidad.

En Puebla contamos con diversos restaurantes y chefs que hacen su propia interpretación de la comida mexicana, en el caso de Nelhua, hay dos cosas que lo hacen destacar: sus salsas y sus ahumados. Los segundos en particular elevan muchos de los platillos que aquí se presentan.

Además, su ubicación la hace un punto perfecto cuando se quiere visitar el Centro Histórico de Puebla: a tan sólo unas cuadras del Zócalo y cerca de muchos puntos de interés. Lo ideal es empezar comiendo aquí, seguir con un café en su barra de especialidad y acabar con unos tragos tan sólo unos (o muchos) escalones arriba, en la ya legendaria Hormiga Negra.

Aprovecha además que este domingo 16 de septiembre tendrán la que posiblemente sea la mayor celebración patria, en un evento en el que 8 chefs y 8 mixólogos llenarán esta casona del Centro Histórico.

Su mole. Si nunca has comido en Nelhua, recomiendo que lo primero que pruebes aquí sea el mole. Si la salsa es ya en sí un deleite, el hecho de que en lugar de hacerlo con pollo lo hagan con guajolote le da un toque distintivo y aún más rico a este clásico. Como dato curioso: su carta cambia constantemente y el único platillo que se ha mantenido en ella es justo éste, que como ellos mismos dicen, es “el sabor que Puebla ha regalado al mundo”.

En medio de esos cambios, hace unos meses su carta vio un platillo nuevo que es simplemente delicioso: el pato. Esta pechuga se dora en diversas mantequillas y se coloca sobre un espejo de encacahuatado de pixtle, original de la sierra nororiental de Puebla. Jugoso, con mucho sabor y sin duda único.

Y a pesar de esos cambios, recientemente trajeron de vuelta un platillo que es de mis favoritos y un clásico de este espacio: la cemita de carnitas de rib-eye. Tres grandes cosas en un mismo platillo. Y como si esas tres cosas no fueran suficientes, viene acompañada de salsa verde de pipicha, macha de ajonjolí y cacahuate, y cebolla enchipotlada. Un auténtico deleite.

Arturo Loría

Editor de Guía oca

¿Hay algún lugar que nos recomiendes o que te gustaría ver en esta sección?

Envíanos tu recomendación rellenando este formulario.

#DeOCAenBoca 🖤⚡