Una aglomeración, un buitre y un perro como compañeros de viaje

Entrevista con Eugenio Ortiz Bretón

Una aglomeración, un buitre y un perro como compañeros de viaje

Viajamos para propiciar encuentros que amplíen el entendimiento del mundo. Aventurarse a recorrer una ciudad desconocida o sumergirse en la introspección son formas de mantener ese espíritu nómada. En Multitud, Soledad y Verdad, alojada en la Galería Lazcarro, Eugenio Ortiz Bretón nos muestra cuadros que dan testimonio de sus andanzas por distintas ciudades y reflexiones internas.

“Emprendí mi primera migración a los 28 años cuando me fui a Oaxaca. Como estudiante había viajado en intercambios pero este momento fue decisivo para dedicarme de lleno al arte”, cuenta el pintor poblano sobre el punto de partida con el cual empezó a ver el mundo de forma distinta. Cuando viaja a Nueva York, en 2013, inicia una serie de pinturas creadas a partir de entrevistas a migrantes: “A estas personas les hago preguntas que son para mí mismo porque me veo como un migrante y hacer sus retratos es una forma de sentirme conectado”.

La condición de viajero o migrante ha hecho que el estilo de las pinturas de Bretón sea abstracto pero eso no impide reconocer los rostros, sitios y animales que traza en el lienzo. “Me considero una persona fragmentada porque he dejado partes de mí en diferentes lugares y absorbo mucho de la gente que voy conociendo. Eso hace que mi pintura esté desintegrada y unida”.

En Multitud, Soledad y Verdad son tres los protagonistas que pueblan los cuadros monocromáticos de Bretón. La verdad se relaciona con un perro que es la mascota del artista: “No hay veladuras entre el perro y yo. Por eso es un reflejo de mi verdad. No le escondo nada”. Entre los trabajos expuestos, hay una serie de retratos de su mascota hechos sobre cartas que narran actos cotidianos: “Varios de esos textos son realizados en la noche como una reseña de lo que me pasó y así voy encontrando patrones en mis emociones. El perro fue testigo mientras escribía y por eso lo dibujo para capturar el momento”.

 

“Inicialmente el buitre me espantaba”, dice Bretón sobre el siguiente personaje, “no es un animal bonito y está relacionado con la muerte, pero lo que me gusta es que dentro de la fealdad puedas encontrar simpatía o ingenuidad. La soledad se piensa como algo negativo, por eso lo relaciono con el buitre y pintarlo fue un ejercicio terapéutico. Considero que esta ave es un grito para abrazar la soledad y entenderla”.

Por último la multitud hace referencia a los habitantes que transitan por las grandes ciudades. “En Nueva York experimenté estar en medio de un mar de gente mientras eres ignorado. Pintar una multitud es plasmar una multitud de soledades y de esa manera me sentí nadie y parte de todo a la vez”. El triángulo que forman estos conceptos esboza un viaje que va de los recoves de la intimidad a la experiencia colectiva que conforma parte de lo que somos y seremos en el futuro.

La Galería Lazcarro es el lugar idóneo para estas pinturas porque la relación entre el maestro José Lazcarro y Bretón es estrecha: “Lazcarro ha sido mi mentor principal. Se dio a la tarea de orientarme generosamente. Por un lado, regreso a su galería donde él me abre las puertas con su curaduría y, por el otro lado, Puebla es el lugar donde nací, donde emprendí mi vuelo. Entonces es como exponerme en el origen con mayor experiencia para volver a partir”. La exposición se puede hasta enero del año próximo.

Para conocer más sobre el artista y sus otros proyectos se encuentran los siguientes sitios:

www.facebook.com/eobreton

twitter.com/eo_breton

www.instagram.com/eobreton_illustrations

 

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