Tiramisús para recibir la primavera
El café y el postre en uno

A continuación, una teoría: nadie incluye en su carta de postres un tiramisú solo porque sí. Habrá otros dulces que nunca fallan y, por ello, suelen ir de cajón en la sección de postres, pero quien prepara un tiramisú usualmente le apuesta a su capacidad para hacernos gozar. Así que cuando, entre el café y el té, nos encontramos con este clásico italiano, sabemos que no podemos dejarlo pasar.
Como pasa con muchas recetas legendarias, el origen del tiramisú está rodeado de misterio. Algunos dicen que nació en el siglo XVII en la región del Véneto, preparado como un reconstituyente para la nobleza. Otros aseguran que apareció en los años 60 en un restaurante de Treviso. Lo cierto es que su nombre lo dice todo: “tira mi sú” significa “levántame el ánimo”, y entre el mascarpone, el café y el cacao, logra hacerlo con facilidad.
Hoy, además de darle la bienvenida a la primavera, celebramos el Día Internacional del Tiramisú. Para hacerlo como se debe, te recomendamos 7 lugares donde este postre es una apuesta segura.
Toscalia

En Toscalia, cada bocado es un viaje directo a Italia, y su tiramisú es prueba de ello. Con ingredientes auténticos, seleccionados con el mismo cuidado que los demás platillos de la casa, este postre conserva la esencia clásica: capas de soletas bien humectadas, mascarpone cremoso y el toque justo de cacao. Fieles a su filosofía, aquí lo importante es el respeto por la receta y la calidad de cada ingrediente. No hay necesidad de reinterpretarlo cuando se hace bien desde la base. Al final, el resultado es un final perfecto para cualquier comida, de esos que te transportan sin moverte de la mesa.
Phantomima

Si hay un lugar donde lo inesperado se vuelve un deleite, es Phantomima, y su tiramisú lo confirma. Olvídate del postre tradicional, aquí reinventan las reglas con una versión en vaso que mantiene los sabores esenciales pero juega con la textura y la presentación. El resultado es una experiencia más fresca y ligera, sin perder la intensidad del café ni la cremosidad del mascarpone. Perfecto para quienes buscan algo distinto sin alejarse demasiado de lo clásico. Como todo en Phantomima, es un postre pensado con creatividad, listo para sorprenderte a la primera cucharada y hacerte regresar por más.
Cotidiano

Lo bonito de lo cotidiano está en los detalles, y el tiramisú de Cotidiano lo demuestra con una interpretación diferente y deliciosa. Aquí se transforma en un cheesecake de vainilla con base de galleta de chocolate, relleno con soletas humectadas en espresso y terminado con crema de café y cocoa. Cada bocado mantiene la esencia de un tiramisú clásico, pero con la textura más firme y reconfortante de un cheesecake. Es el tipo de postre que se disfruta despacio, con café y buena compañía, recordando que en lo sencillo también se esconde lo extraordinario.
Spezzia

En Spezzia, la cocina italiana se honra con libertad, y su Michelangelo Tiramisù es la prueba. No esperes la receta clásica, aquí reinventan el postre con leche y crema de coco, ron de coco, maracuyá y avellanas, dándole un giro tropical inesperado. La suavidad del mascarpone se encuentra con notas frescas y frutales que hacen de cada bocado un contraste de texturas y sabores. Es un homenaje a Italia desde una perspectiva creativa, donde la tradición y la innovación caminan juntas. Si crees que lo has probado todo cuando se trata de tiramisú, este te hará reconsiderarlo.
Atypica

En Atypica, todo tiene un giro inesperado, y su tiramisú es un poema en capas. Aquí cambian las soletas por galletas de piloncillo bañadas en espresso con licor de hierbas, y el resultado es una combinación de notas especiadas y dulces que armonizan con la suavidad del mascarpone. Cada capa es una sorpresa y cada bocado una experiencia distinta. Es el tipo de postre que se siente familiar pero diferente a la vez, como todo en este lugar donde lo atípico es la norma. Si buscas un tiramisú que cuente una historia nueva, este es el indicado.