Más allá de la frontera

Entre la ficción y la realidad

Más allá de la frontera

Por Arturo Loría

Cada año, cientos de miles de personas intentan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos sin documentos. Viajar por tierra de nadie durante un largo trayecto es muy difícil: lesiones graves al intentar abordar La Bestia, hambre, la violencia tanto de bandas criminales como de las mismas autoridades, corrupción, prostitución y racismo, son tan sólo algunos de los peligros a los que los migrantes se tienen que enfrentar al cruzar, no una, sino dos fronteras, ya que para la mayoría, el trayecto no comienza en México, sino en El Salvador, Guatemala, Honduras o Nicaragua.

Como con muchas de las realidades más importantes del ser humano, el cine no ha sido ajeno a este fenómeno. Desde la década pasada en específico, se ha generado una producción cinematográfica que, sin importar si es ficción o documental, retrata (en la mayoría de los casos) de forma desgarradora lo que estas miles de personas enfrentan en el camino, y lo que muchas otras viven, aún ya habiendo llegado “al otro lado”.


Babel
(Alejandro González Iñárritu, 2006)

Amelia llora desconsolada frente a un agente migratorio después de vagar toda la noche por el desierto en la frontera entre México y Estados Unidos. “Ha estado trabajando ilegalmente en este país”, le informa el agente, quien concluye que será deportada de forma definitiva tras romper la ley. Amelia ruega: “llevo 16 años aquí, tengo mis cosas aquí, rento una casa, hice una vida aquí”. Fue una serie de eventos que podrían sonar absurdos mas no imposibles los que llevaron a la niñera de origen mexicano a esta situación.

El personaje que interpreta Adriana Barraza (en una actuación que le valió una nominación al Oscar y a muchos otros premios) representa la situación a la que muchos migrantes se enfrentan, aún ya estando en Estados Unidos: un error, un accidente, un infortunio, pueden hacer que se pierda una vida entera.


La Bestia
(Pedro Ultreras, 2010)

La cámara se agita, la imagen se distorsiona a ratos, los relatos se consumen por el sonido de las vías del tren. Visto desde un punto de vista meramente técnico, La Bestia deja mucho que desear, pero es que probablemente no hubiera existido otra forma de realizar este documental en el que Pedro Ultreras se subió al tren por el que cada año aproximadamente medio millón de migrantes, en su mayoría centroamericanos, intentan cruzar las fronteras para llegar a Estados Unidos. Desde los vagones en movimiento, desde los albergues donde son recibidos, desde las zonas más peligrosas, Ultreras recoge testimonios tan desgarradores como reales. Ahí están también las palabras del padre Alejandro Solalinde, del padre Flor María Rigoni, de las víctimas del tren que se recuperan en el albergue “Jesús el buen pastor”, detallando todos los peligros que implica el subirse a este monstruo con tal de cumplir un sueño.


¿Quién es Dayani Cristal?
(Mark Silver, 2013) 

Un cadáver, imposible de identificar, despierta una incógnita gracias a la única marca que dejó: un tatuaje con las palabras “Dayani Cristal”. Normalmente escuchamos o vemos las historias de aquellos que lograron o no lograron llegar al otro lado ¿Pero y los que se quedaron en medio? ¿En ese limbo que es el desierto? ¿Los que perdieron la vida? Gael García Bernal, entre la realidad y la ficción, reconstruye el recorrido que este personaje anónimo intentó realizar desde Honduras, subiéndose incluso a La Bestia y ayudándonos a conocer la vida de un hombre que puede ser muchos hombres.


Llévate mis amores
(Arturo González Villaseñor, 2016) 

Desde hace más de 20 años, en la comunidad Guadalupe La Patrona, en Amatlán, Veracruz, un grupo de mujeres decidió enfrentarse al rugido de La Bestia y ayudar a todos los que la montaban, dándoles comida, agua y cualquier cosa que pudiera servirles para el camino. Con el tiempo y con esta labor humana y desinteresada, fueron conocidas como Las Patronas.

Llévate mis amores muestra la vida de aquellas que, además de enfrentarse a la vida cotidiana, comparten, en sus propias palabras, “lo que Dios nos da”, y con ello, estas madres, hijas y hermanas, hacen la diferencia en un camino difícil y peligroso.


La vida precoz y breve de Sabina Rivas
(Luis Mandoki, 2012) 

El sueño de Sabina Rivas es cantar. La joven hondureña quiere llegar “al gabacho” y convertirse en una estrella. En su intento por cumplir su sueño, Sabina se reencuentra en la frontera entre México y Guatemala con Jovany, ahora miembro de la Mara Salvatrucha. Basada en la novela La mara de Rafael Ramírez Heredia, la película muestra sin temor cómo la prostitución, la violencia tanto de las pandillas como de los agentes de las fronteras mexicana y estadounidense y la corrupción, hacen que precisamente el sueño de sus protagonistas sea casi imposible.

En su momento, Abraham Zabludovsky, productor de la película, declaró al periódico La Jornada: “esto [tenía] que llevarse a la pantalla; ahí [estaba] un reportaje elevado a la literatura”. La vida de Sabina Rivas, aunque precoz, breve y ficticia, no deja de ser real para mucha gente.


La Jaula de Oro
(Diego Quemada-Díez, 2013)

Juan, Sara y Samuel son tres migrantes guatemaltecos que buscan llegar a Estados Unidos para encontrar una vida mejor; en el camino se encontrarán con Chauk, un joven tzotzil que no habla nada de español y que, al igual que ellos, va en busca de una mejor vida. El camino a bordo del tren vendrá mezclado con la violencia de los agentes fronterizos, de las pandillas y los cárteles de droga; se encontrarán también con la prostitución, esclavitud y racismo; y tan sólo intentando cruzar México. La frontera con Estados Unidos les traerá aún más peligros. Este filme presentado en la selección Un Certain Regard durante el festival de Cannes de 2013 mostró que el peligro no sólo está en la frontera del norte, sino también en la del sur.

Destaca la presencia del padre Alejandro Solalinde quien, en un momento prácticamente documental de la película, muestra la labor que realiza en el albergue Hermanos en el Camino. En esta travesía habrá quienes lo logren y quienes no, pero una vez que se cumplió el supuesto sueño, la película cuestiona aquello que reza el corrido de los Tigres del Norte que inspiró el título del filme: “aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión”.


Sin Nombre
(Cary Fukunaga, 2009) 

Antes de dirigir la primera temporada de la multipremiada serie de HBO, True Detective y filmes de gran presupuesto como Beast of No Nation (2015) o el remake de Eso (2017), Fukunaga, con la producción de Diego Luna y Gael García Bernal, narró la historia de Sayra, una chica hondureña que en su búsqueda por “el sueño americano” se va a Estados Unidos; pasando por México se encuentra con El Casper, miembro de los Mara Salvatrucha que busca escapar de su violento pasado. Cada uno representa dos duras realidades que constantemente se encuentran en las vías por las que pasa el tren que los protagonistas
montan durante su viaje.


Una vida mejor
(Chris Weitz, 2011)

¿Qué es una vida mejor? ¿Cómo la buscamos? ¿Cómo la encontramos? Este filme de 2011 que le otorgó al actor Damián Bichir una nominación al Óscar, busca responder estas preguntas en un contexto muy específico: el de los migrantes que viven en Estados Unidos y que, no sólo buscan una vida mejor para ellos mismos, sino para su familia. Carlos Galindo (Bichir) trabaja como jardinero Los Ángeles, California, para poderle dar a Luis, su hijo, la vida que él no tuvo. El robo de su camioneta, su principal herramienta de trabajo (situación que hizo que el periódico británico The Guardian comparara esta cinta con el clásico del
neo realismo italiano El Ladrón de Bicicletas), desata una serie de eventos que ponen en evidencia lo difícil que es la vida para cientos de migrantes quienes, aún habiendo llegado ya a “el otro lado”, viven cada día.

Te puede interesar