Soma: Compartir el placer de comer

El mediterráneo llegó a Solesta

Soma: Compartir el placer de comer

Un foodie hoy en día es casi un explorador. Toma su cartera, se amarra los tenis y se adentra a las calles de la ciudad para encontrar tesoros gastronómicos. Comer se ha vuelto una aventura y siendo francxs, toda aventura es mucho más divertida con alguien al lado. Ya sean amigos, parejas o familiares, salir a comer con alguien, descubrir nuevas latitudes sin abandonar la silla colocada enfrente de la mesa, es uno de los mayores placeres de esta vida. Uno que conocen a la perfección en Soma, una social kitchen que explora los recetarios del mediterráneo para traernos platillos que al centro de la mesa se disfrutan más.

“Para mí Soma es una celebración de la vida. […] Me interesaba muchísimo que fueran platillos para compartir porque creo que eso es la vida, disfrutar el momento, compartir con las personas que quieres, bueno, hasta si estás solo disfrutar realmente ese instante. Ser feliz.” nos dice Erika, quien junto con su madre y su socio Carlos iniciaron este proyecto hace poco más de un año, en agosto del 2021.

Pero así como Roma no se hizo en un día, este proyecto no nació de la noche a la mañana. Se podría decir que Soma fue el resultado de la pandemia. Erika inició hace 3 años, en este mismo local, con Verde Matcha, un espacio dedicado a la vida sana y al ritual del té. “Cerramos en pandemia. Reflexioné un buen y dije: creo que no es lo que quiero. Verde Matcha me encantaba pero estaba muy enfocado al sin gluten, sin azúcar, era un mercado de nicho. […] me pregunté: ¿por qué estoy haciendo esto si no como así? Mejor apostar por una dieta balanceada y equilibrada hecha con productos de buena calidad.”

Varias pruebas, recetas mejoradas, ideas y sueños materializados después surgió Soma. El balance es uno de los pilares de esta cocina social, “parte de esa vida equilibrada es disfrutar, convivir y también tomarte una copa de vino, un drink, un mezcal o lo que quieras.” Una idea muy ad hoc a la vida mediterránea, a esas costas afrodisíacas en donde el entorno te da lo suficiente e incluso un extra; donde el tiempo se antoja lento y la compañía nunca está de más. Y justo ahí se encuentra el corazón de Soma, en el placentero acto de compartir la mesa.  

“La carta está inspirada en un mediterráneo casual. […] Es muy de compartir; puedes venir aquí con tu familia, tus amigos, tu novio, tu novia, hasta tu mascota y poner todo al centro”. Cada detalle está pensado para eso. La terraza es amplia, con colores claros, plantas y hasta pequeños árboles. Una banca compartida que atraviesa casi todas las mesas que da ese sentido de unión sin perder privacidad y una cocina abierta gracias a la cual conoces a las personas que preparan todo en plena acción, al chef, al barista, a todos. 

Ves desde primera fila cómo cocinan manjares como la Burrata servida en una cama de jitomates rostizados con reducción de balsámico, acompañada de pan de masa madre; la Pizza de Pesto con mozzarella y queso provolone; el Grilled Cheese, una maravillosa mezcla de quesos abrazados por pan de masa madre y acompañado de una sopa de tomate para chopear o la Tabla Mediterránea, con hummus, tzatziki, baba ganoush y jocoque acompañado de pan pita. Y eso tan solo por las tardes.

En las mañanas las ambrosías también son varias: Bowl de higos con yogur de vainilla para empezar; el infalible Omelette de 4 quesos, con queso de cabra, parmesano, mozzarella y brie; el Pan Francés hecho con babka horneado en casa, compota de frutos rojos y crema batida de yogur; o los Shakshuka, unos huevos orgánicos escalfados en salsa especiada de tomate y queso de cabra. 

La mesa une a comensales, por supuesto, pero también a otras personas. Soma procura que una buena parte de sus insumos —por lo menos la mitad de ellos— vengan de productores locales. “Cosas como el jitomate cherry, higos, mix de hojas, son de proveedores de aquí, por eso muchos de nuestros productos son orgánicos también”. Un equilibrio entre placer y conciencia.

De la mañana al anochecer Soma no solo es una garantía de grandes platillos, también es un viaje a través de los sabores del mediterráneo, uno que es aún mejor acompañadx. Están a unas mordidas de llegar a Italia y un sorbo después, ya están en Grecia. Los foodies ya no buscan solo comer bien, buscan aventuras y Soma es el lugar perfecto para encontrarlas.

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