El rediseño de Guía oca

Regresando a nuestra esencia

El rediseño de Guía oca

Creemos que así como la ciudad cambia constantemente, también lo haces tú, y nosotros no podíamos quedarnos atrás.

Sí, nos renovamos, ¿ya te habías dado cuenta? Platicamos con Íñigo López, director de ILVZ y el encargado de hacernos más bonitos (tanto en web como impreso), y te traemos un insight al proceso de rediseño de Guía oca.

Ésta no es la primera vez que colaboramos con Íñigo: él hizo el diseño base de la guía desde su número 0 y si eres fan y lector, seguro te acuerdas de aquella editorial en la que aseguramos que “la página en blanco es la puesta en escena. El diseño parte del punto y la línea, y ¿qué es una línea, sino un punto que mancha lo blanco? Que abre espacios”; fue justo él quien nos dijo lo anterior, y ha logrado jugar con el espacio y hacer “del punto y la línea” una verdadera obra de arte portátil: Guía oca.

Nos encanta compartir el talento local, y no podemos dejar de decir lo orgullosos que estamos del trabajo que tanto Íñigo, como el equipo de su estudio ILVZ, han puesto en hacernos, no sólo ver mejor, sino ser más funcionales.

Lo primero que queríamos saber era ¿por qué rediseñar la revista?

Teníamos tres años de mantener el mismo diseño y había varias cosas que cambiar. Para diseño editorial tres años son muchísimo; sin embargo, sabíamos que teníamos una muy buena base, por lo que el cambio no fue agresivo. De alguna forma, no fue un rediseño sino una síntesis. Buscamos cómo depurar la revista, mejorar en lo que más le importa al lector y enfocarnos en hacer lo que sabemos hacer muy bien, que es vivir lo local.

¿Qué cambió?

En la portada, redibujamos el logotipo, haciéndole ajustes a nuestra tipografía base: El Dorado. Además limpiamos todo lo que no se necesitaba de texto para darle más espacio al arte de la portada. Creo que en los siguientes números, los lectores podrán ver cómo todo este espacio se desenvuelve con portadas muy interesantes, que están planeadas.

En los interiores empezamos por la información, donde trabajamos con el equipo editorial para reestructurar y simplificar los artículos. Todos los contenidos ahora van orientados a responder la pregunta ¿qué hacer en mi ciudad? Para esto los redujimos a tres categorías: recomendaciones de locales, la agenda cultural y sitios a dónde ir.

El formato de la guía nos encanta y creemos que es parte de lo que la hace única, sin embargo en ese tamaño tan chico no hay mucho margen de maniobra para diseñar pero sí muchas trampas. De entrada no puedes tener un grid complejo porque apenas te cabe una columna de texto por página. En el rediseño pensamos varias veces con envidia de los diseñadores que tenían una página tamaño carta para diseñar, pero también nos gustó el reto. Casi todo es en una columna y tratamos de organizarlo de la manera más simple: usar solamente dos tipografías: El Dorado (en regular y en itálica) y Danzza, que es un contrapeso más contemporáneo, de una fundidora independiente en República Checa. También regresamos a un papel sin barniz.

Nos preguntamos durante todo el rediseño ¿qué más se puede ir? No por un minimalismo arbitrario, sino porque queríamos dejar sólo lo esencial para el lector. Todo lo demás es ruido. Somos una publicación de consulta y tienes que encontrar muy fácil a qué lugares quieres ir, por lo que la guía tiene que ser intuitiva.

Muchas veces creemos que diseño y funcionalidad están peleados, pero una vez más nos demostraron que no, ¿cómo lo hicieron?

Creo que el primer acierto fue trabajar muy de cerca con el equipo editorial y con el departamento de diseño, particularmente con Arturo Loría (editor), Blanca Martínez (diseño) y Luigi (dirección de arte). Porque esto nos ayudó a resolver primero qué queríamos comunicar y luego cómo lo íbamos a estructurar.

Creímos que sobrediseñar la revista era un error. En realidad pensamos y le apostamos por una propuesta en el que los textos e imágenes fueran protagonistas y el diseño se contuviera en el fondo. Tratamos de explotar el material existente y creo que eso también habla mucho de la madurez de la guía, que hay un departamento tan sólido de arte, diseño y editorial que hace que tu chamba sea más fácil, porque ya había todo un archivo de material increíble listo para usarse.

Pensamos mucho que nuestro trabajo era el de crear marcos o reglas de un juego. Sobretodo cuando tienes que crear un trabajo que otros diseñadores y fotógrafos van usar y hacer suyo. ¡Es una enorme responsabilidad! Además hay siempre una tensión entre tu sello personal y lo que va a funcionar no ahorita, sino en 8, 14 ó 22 meses.

La ventaja de hacer algo tan contenido es que es muy liberador, porque cada mes puedes jugar con lo que pasa dentro del marco. Ahorita la guía tiene un marco muy bonito, o al menos eso nos gusta creer, que nos va a permitir divertirnos mucho con los contenidos en los siguientes meses.

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