Una de las gastronomías más conocidas, queridas y saboreadas en México es posiblemente la japonesa. Pero sucede algo curioso con esta cocina: pese a su popularidad, es una de las menos exploradas. Es por esto que Remoto House se propuso ofrecer algo diferente, demostrar que no todo es sushi sino mucho, mucho más.

Hipnótico desde el principio, Remoto House te transporta a algún lugar perdido en el mapa de Japón. Texturas, imágenes y sabores que te llevan a descubrir el otro Japón, del que muy pocos restaurantes en Puebla hablan. Aquí, el chef Jairo Hernández juega con los sabores, enamora la vista con sus platillos y seduce a cada uno de los sentidos de sus comensales.

En Remoto House hallarás 4 cocinas: la barra de sushi, la de témpuras, la plancha de teppanyaki y algo único en Puebla: el Robatayaki, un tradicional grill japonés a base de carbón de roble oriental, que le da un rostizado y aromatizado tan único como delicioso a carnes y verduras por igual.

Si deseas probar esta fascinante técnica te recomendamos probar su delicioso salmón marinado con cítricos y caramelizado con salsa yakitori, que prácticamente se derrite en la boca. Algo similar sucede con sus hamburguesas de wagyu, nos cuenta el chef del lugar que éstas son preparadas en el Robatayaki, que le brinda tanto al pan barnizado con mantequilla de queso azul como a la carne de wagyu un aroma increíble.

Cualquier restaurante de comida japonesa cuenta con una sección de témpuras, sin embargo, Remoto House lleva este platillo a otro nivel. Aquí te toparás con una selección que va de lo más habitual como el témpura de camarón o el de verduras hasta uno de esquites o de jaiba suave, nuestro favorito sin duda alguna.

Respetando siempre el proceso tradicional, rebozado a base de harina de arroz condimentada, Remoto House busca ofrecer comida japonesa con toque mexicanos, justo el caso de su témpura de jaiba suave, acompañada de cebolla morada con jalapeño y matcha con sal. Suave por fuera pero crujiente por dentro.

Cocinado a la plancha, este platillo es un verdadero imperdible si te gusta aventurarte a los sabores desconocidos. Para prepararlo, el bacalao negro se marina por 24 horas en una pasta de miso dulce y vino de arroz dulce mirin para después darle un toque en el robatayaki. ¿El resultado? un tono agradable, un sabor fuerte y tu próxima obsesión.

Si bien el sushi es de lo más usual en estos restaurantes, aquí le dan un toque contemporáneo y exquisito. Las grandes estrellas de la barra son el de anguila, el de wagyu y el de salmón, que al momento de ser servidos son flameados en la mesa con carbón de roble y acompañados cada uno con diferentes “dips” que van de hojuelas de bonito a poro frito. Te recomendamos probar el de anguila, con pepino, aguacate, kanikama, anguila de río, salsa dulce de anguila y un toque de mantequilla.