Editorial Octubre

El morado comenzó, como cualquier buena historia, con un gin tonic. En el siglo XIX la ginebra con agua tónica era medicinal, según creía el ejército británico, ya que la quitina era en ese entonces el único tratamiento contra la malaria. 

El precio para conseguir la quitina era sumamente alto; fue así como 1856, William Henry Perkin, un estudiante bastante joven de química, se propuso buscar una cura mucho más barata. Fue así, por pura casualidad y mera coincidencia, que William Henry encontró una forma económica no de curar la malaria, sino de crear un tinte morado que revolucionaría, entre otras industrias, a la de la moda. 

Hasta antes de aquella época, el morado era un color solo utilizado para la realeza y la iglesia; de ahí que lo asociemos al lujo y al misticismo; a la excentricidad y a la espiritualidad.   

El morado también es un símbolo de poder; el de la mujer. Se dice que su relación con el feminismo tiene su origen en 1908, en grupos sufragistas (mujeres que peleaban por el voto y mejores derechos laborales). La activista Emmeline Pethick-Lawrence propuso una bandera para su causa. los colores elegidos: blanco, verde y morado, que representa “la sangre real que fluye en las venas de cada sufragista”.  

Para nosotros en Guía oca, el morado es justo eso: fuerza y cambio. Después de los últimos 6 meses, todos como sociedad hemos tenido que evolucionar. Nos hemos visto obligados a transformarnos y reflexionar. 

Por supuesto que el cambio siempre es bueno. incluso es placentero. No hay mejor ejemplo de esto que las uvas, que deben ser aplastadas para convertirse en vino (un fermentado del que estamos ansiosos por hablar). O las berenjenas que deben ser atravesadas por el fuego para dejar su amargor de lado.     

Debido a aquella creación de William Henry Perkin, el morado está también relacionado al diseño, un tema protagonista en octubre, por lo que estaremos revisando el trabajo de algunos de los despachos, artistas y arquitectos encargados de crear espacios únicos en donde todos los sentidos se deleitan; desde la vista hasta el gusto, por supuesto. 

Esperamos que octubre sea todo eso, un recordatorio de que los cambios son necesarios; incluso, la mayoría de las veces, placenteros.