Por 15 años Ambulante ha viajado miles de kilómetros proyectando documentales en todo tipo lugares, desde grandes salas de cine hasta pequeños centros culturales, con una intención central: crear un encuentro emocionante y significativo entre el cine documental y su público.   

En esta decimoquinta edición, ante la situación de salud actual a la que el país se enfrenta, Ambulante dejará por ahora de lado las salas y lo espacios públicos para presentar Ambulante en Casa, una iniciativa en la que el festival itinerante de cine documental presentará del 29 de abril al 28 de mayo 66 películas en línea completamente gratis desde su plataforma.

Para disfrutar este festival, en el que podrás ver películas 25 títulos de producción mexicana, estrenos y películas entrañables de años pasados, sólo tienes que crear una cuenta en su plataforma, a la cual podrás acceder desde distintos dispositivos como celulares, tablets y computadoras. 

Cada título se lanzará diariamente a las 00:00 hrs. en Ambulante y estará disponible durante 24 horas para 1,000 usuarios en la república mexicana. El documental que este año arrancará el festival el 29 de abril será Silencio radio de Juliana Fanjul, un cautivador retrato de la periodista mexicana Carmen Aristegui, quien cuenta su batalla en contra de la censura de la cual fue víctima bajo la administración del presidente Enrique Peña Nieto. 

Este año encontrarás 8 secciones: Pulsos, la cual está dedicada a la producción documental mexicana reciente; Ambulante Más Allá, en donde encontrarás los trabajos realizados por la sexta generación de alumnos de la iniciativa de formación en cine documental Ambulante Más Allá; Intersecciones, formada por títulos extranjeros; Resistencias, películas que despiertan en el espectador una incomodidad ante la violencia, la injusticia, la impunidad y el autoritarismo y lo invitan a comprometerse con los temas que se retratan; Sonidero, con 4 documentales dedicados a la escena musical y sus creadores; Injerto, que se enfoca en propuestas de cine experimental, de artista y videoarte; Retrovisor, parte de la programación dedicada al archivo fílmico de acontecimientos sociales; y Ambulantito, sección dedicada a los niños.

Dentro de esta selección no te puedes perder:

Entre la neblina que cubre el bosque de Cuetzalan, en una comunidad nahua en la Sierra Norte de Puebla, se encuentra la Escuela de todos (Tosepan Kalnemachtiloyan). Mica y Gabriel, dos tamachtijkej (aquel que enseña), promulgan las enseñanzas de los abuelos, que estipulan que las personas, la naturaleza y la comunidad son un mismo ser; enseñan el amor hacia la lengua materna, el aprendizaje y el trabajo conjunto. Entre juegos, la siembra y el cuidado del gallinero, los más pequeños crecen reforzando su identidad, practicando su idioma y cuidando la tierra, para que pese al paso del tiempo su cultura siga trascendiendo.

Hace ya muchos años que Samantha Flores, mujer trans de la tercera edad, abandonó la seguridad que le proporcionaba el hogar de sus padres, quienes nunca cuestionaron quién era o quería ser. Llegada a sus 84 años, Samantha lucha contra la soledad al ritmo del mambo y vestida de vedette con envidiable vitalidad. Su elocuente testimonio busca representar a otros adultos mayores de la comunidad LGBT+. Sueña con dar cobijo a otras personas como ella, cuya existencia misma es invisibilizada por una sociedad que se rehúsa a verlas y a aceptarlas.

Navegando a través de sus recuerdos, Irma narra la crisis por la que atravesó su familia cuando su esposo fue encarcelado injustamente en 1998, después de haber participado en una marcha en la ciudad de Querétaro, durante la visita del expresidente Ernesto Zedillo. Irma lucha por liberarlo al tiempo que debe enfrentar los retos comunes de ser mujer, madre de tres hijos, activista y esposa de un preso de conciencia. Este caso ilustra emblemáticamente la represión ejercida durante el mandato de Zedillo hacia cualquier tipo de oposición, en este caso hacia dos integrantes del Frente Independiente de Organizaciones Zapatistas.

El séptimo largometraje de Everardo González nos conduce a una exploración estética de la vida en varios desiertos del mundo: México, Mongolia, India, Estados Unidos, Perú, Islandia, Namibia, Marruecos y Chile. Se trata de un documental de autor con una propuesta formal de vanguardia. La música, cercana al tango, anima paisajes surrealistas y crea atmósferas envolventes. Filmado en gran parte solo por el director, sin un guion preconcebido y con una apertura total a las interacciones culturales, captura la vida cotidiana de diferentes pueblos: conversaciones casuales, rituales, performances y procesos creativos, pero también revela los desencuentros suscitados sobre todo por las barreras del lenguaje. La inquietud central, que remite al cine etnográfico clásico, es la adaptación a un entorno yermo y los recursos culturales que la posibilitan. Así resurge la vieja pregunta por la identidad y la alteridad, por lo familar y lo extraño, echando nueva luz sobre la diversidad cultural, experimentando con frescura las complejidades de la interculturalidad.

Guadalupe Vázquez Luna es una mujer tsotsil, sobreviviente de la masacre de Acteal. Con admirable entereza nos comparte sus memorias de aquella matanza en 1997, donde siendo apenas una niña perdió a sus padres y hermanos, que murieron junto con otras 45 personas mientras rezaban en la iglesia. Lupita sobrevivió de milagro y desde pequeña supo que su supervivencia implicaba un compromiso y una misión. Ahora lucha incansablemente por la justicia y la defensa del territorio de los pueblos originarios desde Los Altos de Chiapas. Este retrato muestra diferentes facetas de Lupita: madre tierna con sus hijos, en su vida cotidiana, en su espacio doméstico, pero también aguerrida, marchando y enfrentando a los soldados, y la revela como una gran oradora y una promisoria líder. Se trata de un documental esperanzador, con muy altos valores de producción, que exalta la capacidad de organización de los pueblos originarios y resalta ante todo la fuerza y la valentía de las luchadoras indígenas.